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miércoles, 19 de octubre de 2011

EL RUBEN DARIO DE LA CREACION


CULTURA VIVA



Autor Lincoln López


“Crear es descubrir lo que no se conoce. Es parecerse a un niño,
o no parecerse…Un creador, al mirar hacia adentro para volverse
niño, va descubriendo todo lo que no se ve”.


            A este creador  santiaguero de mirada penetrante nacido en 1936 lo conocí siendo estudiante universitario cuando llegó desde la capital a dirigir del Grupo de Teatro de la UCMM. Venía precedido de una fama dada por su magistral interpretación escénica del personaje Gabriel en la obra “Los Actores” de Franklin Domíguez. Fue elegido el actor del año. Incursionó con éxito en el cuento, la poesía, la dramaturgia…

“En la calle Las Damas, sede de la Cédula y del Panteón  Nacional,
me pusieron un saco viejísimo, me sentaron en una silla y
fotografiaron, convirtiéndome en un “ciudadano”. Desde
entonces, nadie más volvió a conocerme”.

            Integrante del Teatro de Bellas Artes, del grupo “El Puño” que aglutinara a brillantes intelectuales dominicanos como René Del Risco. Militante del Movimiento Clandestino del ‘Catorce de Junio”, “es hecho preso y torturado por sus actividades anti trujillistas y torturado en la 40. 

Formó parte de las fuerzas constitucionalistas en la revolución de abril en el ‘Comando Elías Bisonó”. Profesor, director del Centro de Investigaciones Literarias de la Biblioteca Nacional y director creativo de varias empresas publicitarias. Ganador de varios premios nacionales e internacionales. Autor de “Sábado Verde” y “Mairení”.

“El rico tiene tiempo para hacer dinero, el pobre para buscar dinero,
y el del medio para soñar con dinero”.

            Su labor como director teatral en Santiago de los Caballeros, marcó un antes y después de su notable labor en el “Proyecto No.1”, “Don Juan del 71”, “El Ultimo Instante”, presentada durante tres meses y dos funciones diarias, en un hecho sin precedentes en esta ciudad. Este monólogo catapultó al prestigio y al reconocimiento general por su talento a la actriz Elvira Grullón.

“Teatro en las aulas”, “La obra que no tiene nombre”, “Los asesinos”, “Los clavos”, “La mujer que llegaba a las seis”, “Tres puertas para dos solteronas”, “Y después las cenizas”…

“Mientras más profundo sea un hombre más sencillo será ese hombre
y menos complicadas serán sus manifestaciones”.

            Esta y sus otras reflexiones plasmadas en su obra “El Poder de la creación” constituyen una extensión de sus “acciones físicas”. El poeta Mateo Morrison dice en esa obra que “la creatividad y la dignidad se juntaron como una fuerza ética y estética en Rubén…”.

“La vida es tan sabia que todo tiene en ella su valor…
hasta la ignorancia”.

            En el Liminar de la obra “El Poder de la creación” el intelectual José Rafael Lantigua, manifiesta que ‘Uno lo creyó siempre poeta, aunque nunca lo fue. Conocimos la obra y el ejercicio humano y literario de este hombre buenote de nuestra vida cultural, apreciado grandemente por toda una generación que conoció de sus aportes a las mejores causas del país”.

“Aquel hombre abrió su agenda y vio que el martes le tocaba morirse”.

            Rubén Darío Echavarría Hernández, el poder de la creación y el ejemplo de un magnífico ser humano.

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