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martes, 9 de octubre de 2012

La mecánica del corazón

Escrito por: DANIA BATISTA PEÑA (d.batista@hoy.com.do)
El corazón es un órgano que desde que el niño está en el vientre de su madre funciona. Tal como explica el cardiólogo-internista doctor Tirso A. Roa Castillo, tiene cuatro cavidades y produce aproximadamente 120 mil latidos por día, a una frecuencia de 80 latidos por minuto.


 En cada minuto bombea cinco litros de sangre al organismo y no deja de trabajar en las 24 horas, ni de noche ni de día. No descansa en ningún momento. 

“El corazón es un órgano único, Dios lo hizo perfecto. Es el único órgano que la Biblia menciona más de 1,000 veces y dice: `Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón, porque de él mana la vida´ (Proverbios 4:23)”, expresa el cardiólogo con entusiasmo. 

Roa Castillo sostiene también que es el único órgano espiritual, porque es donde se ubica el sentimiento humano. “En el cerebro está el pensamiento, pero el sentimiento humano es el que dirige el éxito o el fracaso del hombre”.

¿Cómo funciona? Hay quienes ejemplifican el funcionamiento del corazón como el de una bomba que extrae e impulsa líquidos, pero en realidad –aunque sí es una especie de bomba- ese órgano vital trabaja de manera mucho más compleja, en ocasiones influido por los hábitos y vivencias del individuo. 

Básicamente, su mecánica de bombeo le permite recibir en la aurícula derecha la sangre que ya ha recorrido el organismo -trayendo consigo el dióxido de carbono-, de ahí la pasa al ventrículo derecho, que a su vez la lleva a las arterias pulmonares. Por otro lado, la aurícula izquierda recibe la sangre que viene oxigenada desde los pulmones, la lleva al ventrículo izquierdo y éste a la arteria aorta, que la redistribuye por todo el cuerpo.

Hoy día se sabe que el sistema nervioso autónomo coordina los estímulos al corazón: por vía del simpático aumenta el ritmo y fuerza de contracción; y por el parasimpático reduce el ritmo y fuerza cardíacos. 

La sangre es impulsada por los movimientos de sístole y diástole. El primero es la contracción del corazón para expulsarla y el segundo la relajación para recibirla.

En condiciones normales, por medio de la sangre llegan oxígeno y nutrientes a cada una de las células del organismo, en un ciclo que solo se detiene con la muerte.

“Es el único órgano que tiene que ir a una velocidad, a una frecuencia normal, ni rápido ni muy lento, porque si va muy rápido los demás órganos sienten los efectos y si va muy lento también”, señala Roa Castillo.
Indica que cuando el corazón va muy lento el organismo siente mareo, presión baja. Si va muy rápido la persona se siente nerviosa. De tal manera, que tiene que latir 80 veces por minuto, aproximadamente.

“No da síntomas, por eso la gente lo cuida poco. Si tiene déficits o presión alta no da síntomas. La presión arterial tiene que estar en 120 – 80, pero a veces usted la tiene en 150 a 100 y no siente nada hasta que los vasos que entran al corazón, que son las coronarias, sufren y cuando sufren se infartan, porque la presión muy alta estrecha los vasos y no llega sangre a ese órgano cardíaco y se infarta y entonces ahí la gente se da cuenta”, lamenta el galeno.

Sin embargo, Roa Castillo asegura que si las personas cuidan el corazón y lo chequean anualmente, después de los 18 años -aunque no se sientan nada-, no tendrán problemas. 

“Tiene que chequear el peso suyo para ver si está por encima de lo que el corazón puede tolerar, porque el sobrepeso también lo puede dañar. Usted tiene que chequearse el colesterol en sangre, porque le puede tapar las arterias”, recomienda. 

El doctor Roa Castillo es reiterativo en que el corazón lo que necesita es prevención porque se hizo para no dañarse, “la gente lo daña porque no tiene conciencia. La mayoría, a todo el que le da un infarto, todo el que cae en insuficiencia renal, una trombosis, un evento cerebral, es por falta de conciencia, no por dinero, por apellido ni por color”.  

Se queja de que las personas cuidan sus casas, hijos, la apariencia y no cuidan sus corazones. “Debes por Dios, por ti mismo, chequear tu corazón cada año: el ritmo a que va, la velocidad, la presión que tiene y cómo está la sangre que maneja”. 

Finalmente, el doctor Roa Castillo advierte que después de enfermarse el corazón es una carga para la persona, su familia, la sociedad y el país. “Todos los intensivos están llenos por los ignorantes y los prepotentes, porque son los corazones que más sufren”.

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