Autor Tiberio Castellanos |
Muy interesante relato, José Tobias.
Me hubiera gustado leer antes la primera parte aunque en ésta ya hay un completo panorama de la situación en aquel tiempo.
Leyendo otros relatos de esa época (estoy pensando en el libro de Doña Dedé Mirabal), yo me he preguntado, sin encontrar respuestas, por qué fue entonces tan brutal e inhumana la represión trujillista. Digo, entonces, pues comparo con los dias vividos por mi en Dominicana hasta el año cincuenta, cuando salí hacia Cuba.
Estos años incluyen los
sucesos de los años 45, 46, y quizas un poco después: Huelga de
azucareros en el Este, Congreso Obrero, Mauricio Baez, Justino José del
Orbe, Partido Socialista Popular, Juventud Democrática, etc.
Estos sucesos están muy
bien reseñados en dos libros: “Un Interludio de Tolerancia” de Bernardo
Vega, y “Antinostalgia de una Era” de Virgilio Diaz Grullón.
Sin que yo tenga los
detalles, entiendo que en la huelga obrera del Este hubo algunos
muertos. Y se también que el dirigente del PSP, Freddy Valdez fue
asesinado en la carcel de San Fco. de Macoris, donde también se suicidó
(un poco misteriosamente) el Teniente E N Enriquillo Sanchez.
Pues, claro, hubo muertos y
tambien atropellos. Pero nada, comparado a lo que ocurrió en esos
últimos años de la decada del 50 y los principios de la del 60.
Repito, que leyendo esos
relatos, mucho agradezco a Dios hallarme fuera del pais para esos años.
En el año 1947 yo pasé tres meses preso en la carcel de La Vega. Nadie
me empujó ni me dió un golpe. Yo estuve en una sección de la carcel
separada del resto del pabellón de presos comunes.
Allí estuve con el Capitán Eugenio de Marchena y con el Prof. Cestero. Una
noche, nos sacaron al patio (una caseta situada a la orilla del río) y
allí escenificaron una mal ensayada comedia: un oficial nos dijo que
nosotros estábamos combinados con Juancito Rodriguez para insubordinar
los presos, etc. (Juancito Rodriguez ya estaba entonces duera del pais).
Claro que nosotros desmentimos eso. Y luego nos mandaron otra vez a la
celda a Cestero y a mi.
Un poco después escuchamos los tiros. Esa noche mataron a Marchena. Era comandante de la fortaleza el capitan Boy Frapié.
A mi me soltaron unas
semanas después. Ya era comandante de alli el Mayor Prats quien me dijo
que sabía que yo me expresaba bien en público (tenia noticias de aquel
mitin de la Juventud Democrática en Santiago) y que sigiera por ese
camino.
Me estaba sugiriendo la oratoria trujillista muy delicadamente.
Un abrazo
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