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lunes, 29 de octubre de 2012

El voto hispano, la prueba de fuego del poder real de la gran minoría

Los Ángeles (EE.UU.).- Los latinos tendrán una oportunidad de oro en las elecciones del 6 de noviembre de hacer oír su voz y obligar a que demócratas y republicanos hagan cuentas de cuánto les interesa atender las demandas de esa gran minoría que aumenta de forma exponencial. 


Más allá de millonarias campañas y disputados debates, unas elecciones son en última instancia una cuestión de números, un cálculo de votos que en el caso de Estados Unidos tiene cada vez más presente la variable hispana, aunque su valor electoral dista aún mucho del demográfico.

Según datos de la Oficina del Censo de EE.UU., en 2011 había 51,9 millones de latinos o hispanos en el país, un 16,7 por ciento de la población, 6 millones de personas más que en 2008 cuando la última gran cita electoral llevó a Barack Obama a la Casa Blanca.

Obama tuvo el respaldo de casi 7 de cada 10 latinos que depositaron su voto, y según constató por entonces la organización National Association of Latino Elected and Appointed Officials (NALEO) esa comunidad emergió por primera vez como "una nueva fuerza" capaz de dar forma al mapa electoral de EE.UU.

Hace 4 años, 19,5 millones de hispanos reunían los requisitos para votar. En esta ocasión, son 23,7 millones, una cifra récord que simboliza el peso específico de esos electores cuya fuerza, no obstante, se desinfla bastante a la hora del sufragio.

En 2008, ante unas elecciones con alto índice de participación, solo votaron la mitad de los hispanos que podían hacerlo, mientras que más de un 60 por ciento de los blancos y los afroamericanos acudieron a las urnas.

Para noviembre, los cálculos más optimistas de NALEO apuntan que 12,2 millones de hispanos ejercerán su derecho al voto, más que nunca, aunque eso supondría una participación del 48 por ciento, menos que en 2008.

Del entusiasmo que movilizó a los electores las pasadas elecciones presidenciales se ha pasado a un desencanto desmotivador al que no es ajeno el hispano tras una primera legislatura de Obama en la que, según las encuestas, numerosos ciudadanos no han visto que haya mejorado su calidad de vida.

Los sondeos indican que el empleo y la economía es la principal preocupación de los estadounidenses, lo que es también prioritario para los hispanos, cuyo índice de paro (datos de octubre) es de un 9,9 por ciento, casi tres puntos porcentuales más que el de los blancos.

Según el Pew Hispanic Center, más de un 50 por ciento de los latinos registrados para votar indicaron en un estudio publicado el 11 de octubre que la educación, el empleo y la economía, y la sanidad, eran asuntos "extremadamente importantes" para ellos.

En esa lista de inquietudes, un 36 por ciento de los encuestados consideró vital solucionar el déficit del país. El problema migratorio no apareció hasta un quinto lugar, algo que podría explicar por qué los candidatos Barack Obama y Mitt Romney han dedicado tan poco tiempo a discutir este punto durante la campaña.

El mismo informe de Pew Hispanic Center señaló que Obama había aumentado sus apoyos entre los latinos con respecto a hace cuatro años y eso a pesar de fracasar en su intento de poner en marcha su prometida reforma migratoria integral.

Las posibilidades de Romney para captar voto hispano son, sobre el papel, poco halagüeñas, aunque el republicano sí ha conectado con los cubanoamericanos de Florida, estado que suele ser crucial a la hora de hacer los números que determinan el vencedor electoral.

En California y Texas, los territorios con más población latina, la carrera se da por resuelta. El primero es feudo demócrata y el segundo republicano, a pesar de que un 70 por ciento de los hispanos en Texas prefiera a Obama.

Florida es el tercero, allí ganó Obama en 2008 por 200.000 votos, pero podría perder en 2012 ya que las últimas encuestas dan ventaja a Romney.

Nueva York, el cuarto estado más hispano, es cosa demócrata, mientras que todo apunta a que Arizona caerá de lado republicano, como es tradición, a pesar de la movilización latina a favor de Obama en el estado donde se fraguó la polémica ley que convierte en un delito penal la inmigración ilegal y que Romney dijo apoyar en parte.

El demócrata también lleva ventaja en los "latinos" Nuevo México e Illinois, aunque su victoria está en el aire en Nevada y Colorado, donde ganó hace 4 años y los hispanos suponen un 15 y un 13 por ciento del electorado respectivamente.

Un 17 por ciento de los hispanos de EE.UU. residen en los 9 estados (Colorado, Florida, Iowa, Nevada, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Virginia y Wisconsin) que se prevé decanten la balanza electoral, posiblemente con resultados muy ajustados, un margen de victoria pequeño que revaloriza el voto de la minoría. EFE

Autor: Fernando Mexía

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