"EE.UU. pasa la página de una década de guerras", señaló este
jueves el presidente Barak Obama mientras detallaba que el presupuesto
para el Pentágono se reducirá US$450.000 millones en la próxima década
como parte del ajuste económico del país.
"Nuestro ejército será más pequeño,
pero el mundo debe saber que Estados Unidos mantendrá su superioridad
militar con unas fuerzas armadas ágiles y preparadas para amenazas",
agregó el mandatario en el Pentágono junto al secretario de Defensa,
Leon Panetta, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin
Dempsey, quienes acudieron para oficializar la nueva estrategia de
defensa del país.
El anuncio incluye por primera vez en décadas la
reducción del número de tropas. "Hace tres años teníamos 180.000
soldados en Irak y Afganistán. Hoy hemos recortado ese número a la
mitad", subrayó Obama.
Obama afirmó que, a pesar de los recortes, el
presupuesto de defensa estadounidense sigue siendo considerablemente más
grande que la suma de los diez países que le siguen.
Así mismo anunció que reforzará su presencia en
Asia y el Pacífico y que EE.UU "seguirá invirtiendo en socios
estratégicos como la OTAN".
Recortes 'quirúrgicos'
En una era de austeridad, la nueva estrategia de
defensa es presentada como una respuesta a la nueva realidad económica
del país.
Funcionarios han insistido en que cualquier
reducción de tropas será el resultado de una revisión de la estrategia
por parte de los comandantes.
En América Latina
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El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney
describió los recortes como "quirúrgicos", y se ha dicho que Obama ha
participado activamente en el proceso de toma de decisiones.
No obstante -y cuando varios de los aliados de
la OTAN encaran similares reducciones en sus presupuestos de defensa-
los especialistas aseguran que Obama tendrá que hacer frente a duras
críticas, especialmente de los interesados en obtener un beneficio
electoral.
El especialista de la BBC en temas de defensa
Jonathan Marcus explica que existe una voluntad de poner más énfasis en
el tipo de ejército necesario para mantener la estabilidad en el
continente asiático y el área del Pacífico.
El propio Obama, en un discurso en noviembre
pasado ante el parlamento australiano, expresó: "Estados Unidos es un
poder del Pacífico y llegamos para quedarnos".
El mandatario agregó: "Con la mayor parte de las
potencias nucleares del mundo y aproximadamente la mitad de la
humanidad, en gran parte Asia definirá si el próximo siglo estará
marcado por el conflicto o la cooperación, por el sufrimiento
innecesario o el progreso humano".
Tres factores
Como indica Marcus, la revisión de la estrategia se debe a tres factores generales.
El compromiso de las fuerzas de combate de
EE.UU. en Irak ha terminado y la actual reducción de tropas en
Afganistán hace que este sea un buen momento para las reevaluaciones.
También hay un deseo más amplio, añade Marcus,
de reorientar el enfoque de la política de defensa estadounidense fuera
del Medio Oriente y más hacia Asia.
El enfoque para el futuro parece estar en lo que
el Pentágono llama "la batalla de aire-mar", la creación de fuerzas
capaces de hacer frente a un auge militar en la región Asia-Pacífico.
"Nadie lo dice explícitamente, pero es China lo que tienen en mente" en el Pentágono, apunta el periodista.
Y pese al cambio de énfasis y las concesiones a
la era de austeridad, EE.UU. sigue siendo el poder militar más fuerte
del planeta y lo seguirá siendo en el futuro previsible.
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