La estadounidense Pauline Potter recibió un honor que la mayoría de las mujeres le temerían: con un peso de unos 330 kilos fue declarada la más gorda del mundo por los jueces del Libro Guinness de los Records.
Potter, de 48 años,
fue visitada por los jueces del certamen en su casa de Sacramento,
California, y tras ganar su título inició la lucha contra su sobrepeso
de la manera más original posible: con sesiones maratónicas de sexo, que le ayudaron a bajar unos 44 kilos hasta el momento.
La mujer explicó que subió 127 kilos tras su divorcio, pero a raíz del flamante título mundial, su ex marido volvió corriendo a sus brazos.
“Hizo falta que engordara para que me diera cuenta de cuánto me
importa”, expresó Alex, quien se convirtió en el compañero de ejercicios
íntimos de Pauline.
Ahora, la mujer pesa 285 kilos y puede pararse nuevamente, algo que era impensable en septiembre del año pasado, cuando entró en el Libro Guinness. En ese entonces dependía de los cuidados de su hijo de 19 años, Dillion, quien además pesa 114 kilos. “No había tenido sexo en tres años, pero lo hicimos seis veces”,
comentó encantada Pauline al sitio de la revista Closer. Por estos
días, Alex vive en Arizona pero la visita dos veces por mes -cuatro días
por viaje- para ponerse al día.
“Él se puso al mando porque yo no podía
moverme mucho y fue muy atento. Tuve orgasmos todas las veces”,
aseguró Pauline. “Yo nunca dejé de amarla, es que tuvimos problemas con
nuestros hijos”, expresó a su vez el ex marido de la mujer.
Fuente : Supercanal.com
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