Las copias de zapatos deportivos o ropa de las marcas
más populares dominan el mercado de las falsificaciones. Según un
estimado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados
Unidos de 2010, este negocio ilegal genera ganancias de hasta US$600.000
millones.
Se trata de un problema recurrente.
"Apenas un fabricante de productos
falsos cierra la producción, otro empieza casi inmediatamente", dice
John McCrohan, director de estándares comerciales del municipio de Tower
Hamlets, en Londres.
"La escala de las operaciones se ha incrementado
porque vivimos en un mercado global y tenemos una economía muy
abierta", explica el funcionario.
"Las ganancias masivas son las que impulsan el
comercio ilegal. Tú fabricas un producto barato, lo vendes como si fuera
de una marca conocida y lo vendes a un precio un poco menor que el
real", añade.
Tarea compleja
En 2011, más de 12 millones de productos Adidas
falsos fueron confiscados en el mundo, según Katja Shcreiber,
representante de la compañía.
"Las falsificaciones nos generan una disminución
de las ventas, pero -y esto es más importante-, los consumidores que
compraron el producto falso creyendo que era el verdadero, se
desilusionarán por la falta de calidad y esto daña nuestra reputación
que hemos ganado con años de esfuerzo".
Los productos Adidas, populares por sus
innovaciones tecnológicas, de diseño y sus características definidas,
son blancos frecuentes de los falsificadores.
"El precio de un par de Nike puede ser de más de US$150. Este calzado puede fabricarse en China por menos de US$13 y yo lo vendo luego por US$60"
Sean, vendedor de calzado falsificado
"Para reducir la caída en las ventas y el daño
potencial a la reputación de la marca provocado por las copias, el Grupo
Adidas emplea protección legal, trabaja codo a codo con las autoridades
que velan para que se cumplan las normativas, y con investigadores y
consejeros externos", explica Schreiber.
"Si bien ya hemos implementado medidas como por
ejemplo la inclusión de etiquetas de seguridad, el desarrollo de esta
clase de estrategias sigue siendo una prioridad".
Muchas de las copias se fabrican en China con lo
cual perseguir a los organizadores de este comercio ilegal se torna una
tarea extremadamente complicada.
La BBC logró contactar a Sean, un joven educado
en Estados Unidos que vende zapatillas deportivas Nike falsificadas, en
Shanghái.
"La mayoría de las operaciones las hago por
internet", dice. "Y el negocio va creciendo porque la información
circula de boca en boca".
Sean exporta más de 500 pares por semana.
"El precio de un par de Nike puede ser de más de
US$150. Este calzado puede fabricarse en China por menos de US$13 y yo
lo vendo luego por US$60", le explica a la BBC.
Sin embargo, quiere dejar en claro que no saca mucha ganancia debido a los altos costos del envío.
Las autoridades chinas han tomado medidas para
frenar esta actividad ilegal desde que este país se sumó a la
Organización Mundial del Comercio en 2001. Pero esto a Sean no le
preocupa.
"Nadie sabe lo que hago ni dónde me encuentro", dice.
¿A quién le importa la calidad?
Ryan Greenwood, representante de Nike, señala
que la empresa "protege agresivamente su marca y participa activamente
junto a las agencias mundiales que luchan para impedir el tráfico
ilegal, para que estos productos no lleguen a los consumidores".
"Las copias suelen ser de menor calidad y Nike no puede estar dando la cara por un producto falso".
Vada Manager, de la central de Nike en Oregon,
dice que "no es sólo injusto para los comerciantes autorizados que
venden nuestros productos, sino también para los consumidores".
"Las copias suelen ser de menor calidad y Nike no puede estar dando la cara por un producto falso"
Ryan Greenwood, representante de Nike
Pero la calidad de los productos no es tan importante para muchos de los que consumen falsificaciones.
Un joven del este de Londres que habló con la BBC confesó que si puede comprar algo más barato lo hace.
Otro comentó que "nadie las toca para ver cuán bien están hechas". Y otro agregó: "Mientras se vean bien, no importa".
Nike trabaja junto a las autoridades chinas para erradicar las fábricas o a los individuos que hacen y distribuyen copias.
"Se han producido una serie de arrestos de alto
perfil y hay en curso varias investigaciones en China y en el mundo que
nos proporcionan pistas e información sobre estas prácticas", señala
Manager.
Sin embargo, se sabe que una vez que las
autoridades cierran las premisas, los dueños usan el mismo personal, las
mismas máquinas y los mismos proveedores para continuar fabricando sus
productos de forma ilegal.
"Nunca tendremos una efectividad del 100%, pero
si puedes ser lo suficientemente efectivo como para proteger a los
minoristas y a los consumidores, ayudas a mitigar el problema", dice.
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