José Ramos, a la derecha su abogado. |
NUEVA YORK._ José Ramos, un oficial
dominicano del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), fue acusado
ayer jueves en la Corte Suprema de El Bronx por intento de asesinato de
un testigo que declarará contra él en el más sonado caso de corrupción
sobre multas y otros privilegios que otorgaba junto a otros 17 policías a
familiares, amigos y allegados a cambio de regalos, incluyendo a un
reconocido narcotraficante de una isla en El Caribe.
La esposa de Ramos,
Wanda Abreu, también es acusada del mismo delito y obstrucción de la
justicia al negarse a dar información respecto al paradero y actividades
de su marido.
Los fiscales dicen que tanto Ramos como su mujer
conspiraron para matar al testigo y ambos enfrentan cargos de
conspiración para asesinar. Según la fiscalía, la pareja habría hecho
arreglos para contratar a un matón a sueldo para que ultimara al testigo
que declarará contra el policía dominicano en un caso de drogas por el
que también está acusado.
Ramos tiene 17 años en la policía de Nueva York y
ha estado en la cárcel con imposición de una fianza de $500.000 dólares
desde que fue arrestado el año pasado por las acusaciones de las multas.
Los fiscales sostienen que planeaba usar parte del dinero de su pensión
para pagar al asesino.
Es uno de los 17 agentes involucrados en el
escándalo. El Fiscal Adjunto Omer Wiczyk dijo ayer en la corte que Ramos
“vendió su tarjeta de identificación” cuando fue detenido por el
escándalo de las multas.
“Ahora, ha vendido hasta su alma”, añadió el
funcionario judicial. Las acusaciones contra el policía y su esposa se
les instruyeron luego que investigadores que daban seguimiento a Ramos,
grabaron conversaciones en la que instruía a su mujer para que
contratara al asesino a sueldo que mataría al testigo.
El testificante, no identificado por las
autoridades por razones de seguridad, declarará en contra de Ramos y su
conexión con una banda de narcotraficantes a la que ayudaba a comprar
cocaína y heroína, le servía de espaldero en uniforme usando inclusive
un carro patrulla del NYPD.
Además se le acusa de estafar $50.000 dólares a un
policía encubierto que se hizo pasar por un narcotraficante y al que le
reveló la identidad de un informante confidencial.
La esposa se Ramos quedó arrestada y se le impuso una fianza de $500.000 dólares.
LA HISTORIA
La peor de todas las acusaciones contra los 17
policías es la que se le hace a Ramos, perteneciente al cuartel 40 en
El Bronx y quien está imputado de haber mantenido dos barberías de su
propiedad desde las que realizaba el tráfico de drogas y otras
operaciones ilegales en sociedad con el narco de Guyana Lee King. El
agente dominicano cayó también en las investigaciones del Departamento
de Asuntos del NYPD, después que arreglara una multa a Lee y se le
grabaran conversaciones hablando de frecuentes viajes a la República
Dominicana y compra de lujosas propiedades en su país de origen.
Según los documentos de la corte, también usaba su
placa oficial para proteger a socios en negocio ilícito, además de
estar implicado en varios robos. “Vivía como en un paraíso y era el
rey”, dijeron fuentes de la investigación ayer domingo a un tabloide
local. “Sus manos estaban metidas en todo”, añadieron las fuentes.
Las dos primeras barberías propiedad de Ramos se
las regaló su padre, quien también era un policía, ahora retirado
residiendo en Texas. Uno de los negocios está situado sólo a dos cuadras
del cuartel donde trabajaba Ramos que tiene 17 años enrolado en la
uniformada.
Los negocios ilegales de Ramos fueron descritos
por los fiscales como “un imperio criminal” en los que además de drogas
vendía CD de música y DVDs con películas pirateadas. El narcotraficante
guyanés Lee King, socio del policía criollo, lo ayudó a convertir sus
negocios en una sólida y lucrativa plataforma de hacer mucho dinero
ilegal. King fue acusado junto al agente.
Las pesquisas para llegar hasta los 17 policías
corruptos, comenzó precisamente por el seguimiento a Ramos, cuando
Asuntos Internos montó un operativo que incluyó sofisticados mecanismos
de vigilancia y el uso de soplones. “Durante años, Ramos se pudo salir
con la suya, pero finalmente cayó”, dijeron los investigadores.
Para proteger a King, Ramos le alquiló un
apartamento utilizando su nombre, le compró un carro y le dio un cartel
de la policía para que no fuera multado cuando violaba reglas de
tránsito en las calles de la ciudad. Los fiscales dicen que King
controlaba un amplio territorio para distribuir las drogas con la
protección de Ramos al que le ofreció un montón de dinero.
Agregaron que con el correr de los años, la
conducta delictiva de Ramos se hizo más frecuente y en ocasiones
transportaba kilos de heroína y cocaína en el patrullero del NYPD que
tenía asignado. La investigación sostiene que el agente dominicano se
jactó con un encubierto que lo investigaba de que “yo, podría manejar
desde El Bronx hasta Brooklyn con un cadáver en el maletero (baúl) y
nadie me va a parar”, en referencia a que como conducía un coche de la
policía, otros policías no iban a detenerlo en las calles y carreteras.
Los fiscales alegan que grabaron muchos videos a
Ramos en momentos en que estafaba a narcotraficantes y extorsionaba a un
propietario de una tienda de electrodomésticos. Muchas de las
“víctimas” eran en realidad policías encubiertos. Al policía dominicano
corrupto, se le encontró entra otras, una cuenta con más de $54.000
dólares.
El abogado John Sandleitner, defensor de Ramos
acusó a los fiscales de ensañarse y extralimitarse contra el dominicano
que no tiene antecedentes penales. “La mayoría de las acusaciones son
delitos menores”, añadió el jurista. “Hablar es muy fácil, pero se
tendrá que demostrar que mi cliente es lo que la fiscalía dice que es”.
Ramos también exigía dinero a allegados para costearse viajes a la República Dominicana, los que calificaba de muy costosos.
Autor: Miguel Cruz Tejada
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