La
sanción al entrenador del equipo de béisbol de los Marlins de Miami,
Oswaldo Guillén, por su elogio al líder cubano Fidel Castro ha traído el
recuerdo de incidentes en los que miembros de la comunidad
cubano-estadounidense fueron castigados por sus opiniones políticas.
El inusual castigo ha suscitado preguntas sobre si en Miami se puede hablar libremente de política.
Oswaldo Guillén fue suspendido
durante cinco partidos por la dirección de su equipo por haber expresado
cierta admiración por Castro en una entrevista con la revista Time.
"Amo a Fidel Castro" y "respeto a Fidel Castro.
¿Sabes por qué? Mucha gente ha tratado de matar a Fidel Castro durante
los últimos 60 años, pero ese hijo de... todavía está ahí", dijo
Guillén, de origen venezolano.
Ante la prensa, Guillén ha pedido disculpas por
sus declaraciones y ha dicho que hubo un problema de interpretación de
lo que quiso decir en inglés en su entrevista con Time.
No obstante, a muchos les parece insuficiente el
castigo. En Miami se han producido manifestaciones de decenas de
personas pidiendo el despido del manejador del equipo de béisbol.
Concierto
En el pasado, otros miembros de la comunidad se
han quejado de ser hostigados por sus opiniones favorables al
acercamiento con el gobierno o la sociedad cubana. Comerciantes y
artistas fueron boicoteados por este motivo.
En agosto del año pasado, grupos de exiliados
intentaron que se suspendiera un concierto del cantautor cubano Pablo
Milanés, percibido por muchos en Miami como un propagandista de la
Revolución Cubana.
Finalmente el concierto en el American Airlines
Arena, el estadio de los Miami Heat, se celebró y asistieron miles de
personas. En el exterior se manifestaron contra Milanés varias decenas
de anticastristas.
El promotor de aquel concierto, Hugo Cancio, le
dijo a BBC Mundo que lamentablemente en Miami sigue existiendo
beligerancia contra las opiniones contrarias.
"Da vergüenza que no se respeten las opiniones
del prójimo. Estemos de acuerdo o no con Ozzie Guillén, es una opinión
válida que debe respetarse".
Pero Cancio cree que hace 15 o 20 años la
coacción era mayor. En los '90, Cancio asegura que recibió amenazas de
muerte por promover conciertos en Florida de músicos cubanos y que
incluso los exteriores de una sala de conciertos fueron atacados con un
cóctel molotov.
"Por fortuna, esos exaltados han perdido
fuerza", dice Cancio. "Hoy son grupúsculos insignificantes de voces
histéricas que se resisten a la democratización y reconciliación entre
los cubanos. Son los últimos mohicanos".
Muchos en Miami creen que ahora es posible leer y
escuchar opiniones en los medios a favor del acercamiento con la isla
que hace años eran impensables.
Esa relajación se ha traducido en medidas
políticas. El presidente Barack Obama ha suavizado el embargo a la isla y
ha facilitado los viajes de cubano-estadounidense y el envío de remesas
a la isla. Pero, congresistas republicanos intentan restaurar esas
restricciones.
Relaciones públicas
"Como negocio (los Miami Marlins) dependen de un público que se sintió ofendido por las declaraciones de su técnico y a la larga la popularidad del equipo depende de ese apoyo"
Ninoska Pérez, locutora de Radio Mambí.
La presentadora de la radio local Radio Mambí, Ninoska Pérez, es una de quienes creen que la sanción a Guillén es insuficiente.
Pero la periodista cubana precisa en entrevista con BBC Mundo que en Miami existe libertad para hablar de política.
"La sanción a Ozzie Guillén no tiene nada que
ver con la intolerancia. Los Miami Marlins tienen un problema de
relaciones públicas. Como negocio dependen de un público que se sintió
ofendido por las declaraciones de su técnico y a la larga la popularidad
del equipo depende de ese apoyo".
"Las declaraciones de Guillén son lamentables",
agrega. "Castro es un dictador, lleva 53 años en el poder y la mayor
parte de sus víctimas viven en Miami".
Otros comentaristas de Miami también creen que las declaraciones de Guillén han hecho mucho daño a los Marlins.
La polémica sanción se ha producido en un
momento en que los Marlins de Miami acaban de inaugurar un estadio en el
corazón de la comunidad cubana de Miami, la Pequeña Habana, con el
objetivo de suscitar mayor afición por el equipo local.
Omar López, un portavoz de una de las mayores
asociaciones de cubano-estadounidenses, la Fundación Cubano Americana,
cree que las declaraciones del técnico de los Marlins son ofensivas pero
le parece bien que haya pedido perdón.
"Como ha pasado otras veces, el incidente está siendo utilizado para demonizar a la cultura política de Miami", dice López.
"Pero en Miami existe libertad para expresar
opiniones políticas, a diferencia de en La Habana. Antes de la visita
del Papa Benedicto XVI a Cuba las autoridades detuvieron a 150
disidentes y durante una misa del Papa en Santiago un hombre fue
golpeado por gritar 'Abajo el comunismo'".
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