Robots diminutos que se pueden adherir los unos a los
otros conformando objetos que podamos usar y luego disolver tras su uso
podrían estar disponibles en el mercado en poco más de una década,
aseguran investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts
(MIT) en Estados Unidos.
Especialistas en robótica del centro aseguran
que han desarrollado un prototipo de 30 "cubos inteligentes" y un
programa para hacerlos funcionar.
Cada lado de estos cubos mide 1 cm de ancho y los científicos pretende elaborar en un futuro modelos más pequeños.
Lo llaman "arena auto-transformable" y según
dijeron a la BBC miembros del equipo "queremos tener una bolsa de este
material para que pueda recrear cualquier forma que se le pida".
"Así que si estás en un lugar aislado y
necesitas una herramienta en concreto, puedes decirle a la bolsa de
material que lo haga tan sólo echando dentro una versión en miniatura de
la herramienta, sacudiendo la bolsa después, para obtener una mayor y
usable versión de la herramienta", explicó Kyle Gilpin, estudiante de
doctorado del Laboratorio de Robótica Distribuida del MIT.
Memoria limitada
Los cubos disponen de imanes electropermanentes
adheridos en sus lados para permitirles unirse los unos a los otros. El
efecto puede activarse o desactivarse a voluntad y no requieren de
corriente eléctrica para mantenerse activos.
Los cubos también tienen un microprocesador para determinar qué imanes deben funcionar.
Cada procesador puede almacenar 32 Kb de código y
tan sólo tiene 2 Kb de memoria operativa, así que el algoritmo empleado
en el proceso, por ahora, es muy simple.
Las solución fue usar un método"sustractivo", es decir, eliminando módulos más que añadiéndolos.
En un primer paso los cubos estiman la forma del
objeto original. Si el módulo ve que no hay nada más al lado asume que
se trata del borde del objeto.
Los cubos entonces se transmiten los unos a los
otros los datos de la forma original del objeto, luego se alinean para
formar el perímetro del objeto duplicado.
Si el objeto replicado debe ser cinco veces más
grande que el original, entonces se acoplarán cinco unidades más a su
alrededor para reproducir este perímetro.
Todos los cubos en el interior del objeto duplicado entonces se reconocen a sí mismos como parte de la nueva herramienta.
"Una vez estos módulos en el borde han sido notificados y conocen su estatus inician el proceso de desmontaje", añadió Gilpin.
"Todos los cabos que no son cruciales para la
forma duplicada se sueltan, mientras que los que unen a los módulos que
conforman la nueva forma quedan intactos, así que todo lo que queda es
la forma recreada".
En una década
Gilpin admite que todavía queda mucho trabajo por delante, aunque sus objetivos son muy ambiciosos.
"No es algo que vaya a pasar en dos o cinco años", dijo.
"Pero en diez años veremos un producto en el
mercado que empezará a rivalizar con otros procesos de fabricación. Creo
que nos sorprenderemos de cuán rápido estos avanza una vez se empiece a
indagar esta tecnología".
Más detalles del proyecto serán presentados en
la Conferencia Internacional de Robótica y Automoción IEEE en St. Paul,
Minnesota, el mes que viene.
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