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martes, 25 de junio de 2013

: Divagaciones o Extravagancias


Autor Tiberio Castellanos
Divagaciones y extravagancias, que escribo después de la muerte de mis  amigos,
Luis Labera  y Alberto Pardiño.
     Dentro de poco voy a cumplir 87 años de vida, a Dios gracias. No tengo mucho miedo a la muerte, ni estoy planeando unos largos anos escuchando  la música de mi gusto. 
Debo confesar que me siento satisfecho de lo que he vivido y muy agradecido a Dios por haber llegado hasta aquí salvando unas dificultades que, lamentablemente, fueron insuperables para muchos  de mis contemporáneos. 
      Hablando con amigos, he dicho y en ello creo, que he salvado  estos obstáculos gracias a la astucia de mi Angel de la Guarda. Pienso que algunos no llegan a entender, exactamente esto, pero, casi casi siempre sonríen.
      He dicho en otra oportunidad que el vivir largos años quiere decir que a uno se le han dado, no una, sino a veces varias oportunidades más que a otros, para que, afinando su conducta, vaya uno mejorando su condición humana. Oportunidades extras, que de forma muy especial, hay que agradecer a Dios (Violeta Parra dice que "a la vida").
      Los cristianos podemos decir, irse santificando. Irse uno haciendo santo. Y en este camino, he ido descubriendo  que he tardado a veces demasiado tiempo para cambiar alguna torpe conducta. O  quizás peor, aunque esto  es menos notorio, frenar unos prejuicios, unas preferencias no compatibles con aquello que ahora ha recalcado Francisco, de ver el rostro de Jesús, en la fea cara de algún  prójimo. Esto, todavía, es bastante cuesta arriba para mis piernas.
      Pero, confieso que hago el esfuerzo. Aunque, al final de cada día, no siempre estoy satisfecho con lo poco que he logrado.
      He aprendido, que aunque pueden hacerse planes de largo alcance, el ser humano vive día a día. Es enorme la importancia del día de hoy. Aunque yo tenga planes para el próximo invierno  o piense en las próximas elecciones. Y, aunque recuerde algunas cosas que ocurrieron hace ya algún tiempo, no puedo descuidar, ni olvidar, que el tiempo que tengo ahora es este hermoso y santo día de hoy. Y  tengo que vivirlo a plenitud. Desde el amanecer, cuando me tiro de la cama, hasta el último minuto de mi diaria vigilia.
       Me preocupa a veces recordar aquello que decía Constancio C. Vigil  "En muchas existencias que parecen truncas, lo que faltó fue la repetición¨" No sé si Vigil sugería aqui o yo lo aprendi de otro, aquello de que cada persona trae a la vida una misión.
Me preocupa a veces pensar si yo, por decuido, o por malicia, he olvidado emplearme
en esa faena para la que se me ha dotado. No niego que, a veces esto me preocupa.  Aunque generalmete yo me voy complaciendo y disfrutando las pequeñas tareas que enfrento cada día.
       Porque, de otra cosa estoy convencido. No  a todo el mundo se le señala una misión como la de Teresa de Calcuta o la de Maximiliano Kolbe. Creo que, necesariamente,existen otras muchas pequeñas y tambien importantes misiones, una de las cuales es la mía.
Un abrazo.

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