Hasta ahora parecía que estaba a
salvo, pero la crisis económica europea también está afectando a China,
el gigante asiático donde se fabrican la mayoría de los productos que
se consumen en el mundo.
Hasta tal punto que el gobierno chino está empezando a preocuparse.
Los líderes de este país, son populares porque continúan mejorando los niveles de vida de sus habitantes.
Pero ahora, el hombre encargado de la seguridad
nacional de China ha advertido que el país necesita protegerse de los
problemas de una desaceleración económica ya que podría afectar a la
estabilidad social.
Las cifras muestran que China está sufriendo una
desaceleración económica y rápida, como indica en este análisis,
Alistair Thornton, economista de IHS Global Insight con base en Pekín.
La economía China se está desacelerando. Y se está desacelerando de manera rápida
Durante las últimas semanas, el gobierno de
China ha indicado que está cada vez más preocupado con el pronóstico
económico global y local, y ha centrado toda su atención en estimular la
economía del país, que empieza a languidecer.
Aunque, hasta hace poco, los políticos y
tecnócratas habían estado luchando con uñas y dientes para calmar las
cosas, no para calentarlas.
Controlar una desenfrenada inflación y un
mercado inmobiliario a la baja han sido las prioridades del gobierno en
2011, al tiempo que lucha con las consecuencias de un masivo estímulo
monetario lanzado para arrancar a China de la crisis financiera global.

Como con un petrolero, cuesta mucho cambiar el rumbo de la economía china
El gobierno ideo medidas administrativas para
dejar a los especuladores fuera del sector inmobiliario, también tomó
medidas drásticas sobre la cantidad que los bancos podrían prestar, y
aumentaron las tasas de interés para demostrar que iban en serio.
Y a principios de verano aparecieron las primeras señales de que las medidas estaban funcionando.
La inflación alcanzó su punto más alto en julio,
y el primer ministro, Wen Jiabao, hizo titulares reivindicando victoria
sobre los aumentos de precios.
El crecimiento se desaceleró aún más en el
tercer cuarto del año, con datos mensuales más recientes mostrando una
arraigada tendencia descendente. Al final el optimismo en el mercado
inmobiliario empezó a disiparse.
Riesgo de la eurozona
Pero así como el gobierno se relajó ante la
desaceleramiento global hace tres años, se había excedido en su
respuesta a las consecuencias inflacionarias de esa expansión crediticia
sin restricciones.
Parando muchos de los préstamos que siguieron haciéndose fuera del sistema bancario hizo que la desaceleración se intensificara.
En octubre, 34 de las 70 ciudades analizadas por
la autoridad de estadísticas, sufrieron un descenso en los precios de
las propiedades comparado con el mes anterior.
Los pronósticos de crecimiento en el sector
industrial en China son un dos por ciento menor que en verano, y la
producción de electricidad es un siete por ciento más bajo.
En noviembre, el sentimiento entre el sector
manufacturero, había alcanzado un punto que no se había visto desde el
cenit de la crisis financiera.
Para empeorar la situación, el mayor mercado de exportación de China se encuentra en una situación peligrosa.
En efecto, a pesar de todos los desafíos
internos, es la eurozona lo que constituye la mayor amenaza para el
crecimiento de China el año que viene.
Cambio de política
Con la desaceleración en marcha y unas
perspectivas globales débiles, los líderes chinos han cambiado de juego,
y se están concentrando en apoyar el crecimiento.
"Igual que en la mayoría de mercados emergentes, los líderes chinos están buscando esa temperatura ideal- una economía que no es demasiado caliente como para que cause inflación y muy fría para que cause recesión"
Alistair Thorton, economista
En un principio, las medidas de ajuste estaban
diseñadas a ayudar a las empresas pequeñas y medianas que soportaron los
efectos de las medidas crediticias de 2011, y dirigidas a reavivar los
programas de construcción de viviendas asequibles apoyados por el
gobierno, que tuvieron problemas para ponerse en marcha.
Pero, fue le reciente anuncio de que el gobierno
estaba disminuyendo la cantidad de dinero que los bancos están
obligados a guardas en el banco central lo que indicó un cambio
verdadero hacia una relajación de la política monetaria.
Con más capital a su disposición, los bancos deberían empezar a prestar más.
Durante los próximos seis meses, el gobierno
continuará liberando gradualmente dinero para los bancos, animando la
actividad económica.
En realidad, China podría moverse más rápido a
la hora de aflojar restricciones crediticias teniendo en cuenta que el
capital está saliendo del país.
Igual que en la mayoría de mercados emergentes,
los líderes chinos están buscando esa temperatura ideal- una economía
que no es demasiado caliente como para que cause inflación y muy fría
para que cause recesión.
El problema es que, con las actuales herramientas políticas, la economía es tan rígida como un buque cisterna.
Cuesta mucho hacer que cambie de dirección y una vez que está en movimiento, cuesta mucho hacer que cambie el rumbo.
Los políticos en Pekín están desesperados
tratando de adivinar como prevenir el estancamiento del crecimiento
económico sin empujar a la economía hacía otro ciclo inflacionario.
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