Un Momentito con Miguel
Autor Miguel De Jesús
Abogado y Comunicador Dominicano
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Ver salir con
maletas y sonrisas por las puertas de un
Aeropuerto a dominicanos procedentes de tierras extranjeras es un motivo de alegría.
Pero detrás de ese rostro, están las huellas de la nostalgia que nunca se
superan aunque se diga lo contrario.
Sentimiento de
pena al recordar personas que dieron sentido a sus vidas ,música que bailaron
en su juventud, ojos que iluminaron sus amores ,tristeza por el amigo o familiar que murió
y ni siquiera pudieron estar en el
funeral ,solo son algunas experiencias vividas y sentidas por ellos.
Se fueron con un sueño,
con una meta, para como atletas alcanzar pero se hicieron prisioneros de la
prisa en una vida distinta a la sencilla que conocían. Sus raíces familiares
por el peso de los años comienzan a morir aquí y ellos pierden el interés en regresar,
“pero duele”.
Nuestros ríos con
sus locrios de pica pica en sus orillas pueblan sus recuerdos. En cada nube que
pasa arropando los edificios altos tienen la esperanza de ver su Patria, se
elevan cuando un merengue llega a sus oídos.
A las horas del cansancio
por el duro trabajo le ponen de colchón una bachata para subir la nota alegre
que transporte sus corazones a su tierra. Cuándo vamos de visita a los Estados Unidos,
ellos se vuelven locos y no encuentran qué hacer con nosotros.
El Cielo es poco
para regalárnoslo, su día libre lo dedican al amigo que de vacaciones está, nos
abrazan con el Alma, él tiempo no les alcanza para recordar las mil y una
historia de un pasado bonito, es como recorrer las fotos almacenadas en el
Cerebro.
Cuando nos dan un presente,
debemos recibirlo con agrado, pues es fruto del sacrificio de una vida dura y
muchas veces triste. Es común ver profesionales haciendo trabajos de obreros
con la única satisfacción de poner dulzura a la remesa del mes que pone a comer
los que aquí quedaron.
El pecho se
aprieta cuando muere la madre o el padre y ellos sin papeles que legalice su
estado migratorio que les permita dar el último adiós. Se fueron un día y
mientras estaba la travesía se sintieron dueños del mundo, hoy son criaturas
atrapadas en el mundo que soñaron conquistar y otros se perdieron de ver crecer
a hijos que dejaron recién nacidos.
Por el valor de
los que nadaron aguas profundas cruzando ríos, desafiaron desiertos, retaron
las embravecidas aguas de los mares, atravesaron fronteras, volaron como las aves dentro de un avión,
todo, para llegar en busca de un sueño a un lugar donde le llaman extranjero.
Por eso hoy para todos los dominicanos residentes en el exterior pido de oro
una medalla
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