Nogales (EE.UU.) (EFE).- La frontera
de Arizona es uno de los principales corredores de inmigración y donde
se mide el éxito de las medidas tomadas por el Gobierno de Estados
Unidos para frenar el flujo migratorio y la seguridad, tema crucial en
la reforma migratoria.
En las últimas dos décadas, los 626 kilómetros de
frontera que comparte Arizona con México han acaparado la atención
nacional debido al incremento en el cruce de inmigrantes indocumentados
que registró esta región después que se reforzara la seguridad en otros
estados de EE.UU. como Texas y California.
En su punto más alto, durante el año fiscal 2000,
la Patrulla Fronteriza reportó el mayor registro de arrestos de
indocumentados a lo largo de la frontera suroeste, con 1,6 millones en
total, de los cuales 616.000 ocurrieron dentro del Sector Tucson de la
Patrulla Fronteriza en Arizona.
Este aumento en el flujo migratorio provocó una
fuerte reacción por parte del Gobierno federal, que incrementó el
presupuesto para esta región.
Al destinar más dinero para la seguridad, se
incrementó significativamente el número de agentes de la Patrulla
Fronteriza asignados a vigilar el desierto de Arizona hasta llegar a los
5.200 en 2012.
También se comenzó a utilizar avanzada tecnología
como cámaras, radares, detectores de movimiento y el uso de aviones no
tripulados, conocidos como drones, para vigilar las zonas más apartadas
del desierto.
En 2008 se estableció el controvertido Streamline,
el cual castiga a los indocumentados que son arrestados al intentar
cruzar la frontera de manera ilegal. Diariamente, aproximadamente 75
inmigrantes indocumentados son procesados en la Corte Federal en Tucson y
son sentenciados hasta 85 días de cárcel.
De acuerdo con cifras de esta agencia federal,
desde el año fiscal 2000 el arresto de inmigrantes indocumentados ha
descendido en cerca de un 82 por ciento en esta región y al término del
año fiscal 2012 se reportaron sólo 124.631 detenciones.
A pesar de este significativo descenso, los
políticos que tendrán en sus manos la decisión de aprobar una reforma
migratoria condicionan la posibilidad de regularizar el estatus
migratorio de los millones de indocumentados que viven en Estados Unidos
a asegurar la frontera.
"Los políticos extremistas están utilizando el
tema de la seguridad fronteriza para dificultar la aprobación de una
reforma, es un juego político por parte de los republicanos que están
tratando de obstaculizar el trabajo de la administración del presidente
Barack Obama", dijo a Efe Raquel Goldsmith, profesora del Departamento
de Estudios Mexicoamericanos y miembro del Instituto Binacional de
Migración de la Universidad de Arizona (UA), con base en Tucson.
La investigadora señaló que actualmente dentro del
mismo partido republicano hay una marcada división entre aquellos que
no quieren perder el apoyo del grupo conservador Tea Party y los que
reconocen la importancia de una reforma migratoria y el voto hispano.
"La militarización de la frontera ha transformado
nuestra frontera, especialmente aquí, en Arizona, las comunidades
fronterizas han sido las más afectadas, han visto su vida diaria
transformarse al dificultarse los acuerdos comerciales y la diaria
convivencia con sus vecinos mexicanos", señaló Goldsmith.
Explicó que estas comunidades estaban
acostumbradas a "cruzar" de un lado a otro, sin tantos obstáculos,
estableciendo relaciones como los programas de ciudades hermanas.
"También hay que reconocer que es mucho dinero del
que se está hablando cuando se habla del tema de la seguridad
fronteriza, miles de millones de dólares que gasta el Gobierno federal y
el cual compañías privadas desean acaparar", dijo Goldsmith.
La propuesta bipartidista que actualmente debate
el Senado destina 4.500 millones de dólares para la seguridad fronteriza
y prevé la contratación de 3.500 agentes adicionales.
Goldsmith destacó que durante el debate de una
reforma migratoria nadie esté hablando sobre los cientos de muertes de
inmigrantes indocumentados que se han reportado en la frontera de
Arizona, lo que asegura es una consecuencia más de la militarización de
la frontera.
Autor: María León
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