Sun Myung Moon, un autodenominado mesías y fundador
de la controversial y popular Iglesia de la Unificación, murió a los 92
años en un hospital de Gapyeong, al noreste de Seúl, en Corea del Sur.
Ferviente anticomunista, Moon creó no sólo una iglesia sino un imperio económico global que incluyó periódicos como The Washington Times, fábricas de armamento, universidades y distribuidoras de alimentos.
La iglesia aseguraba tener millones
de seguidores, muchos en Estados Unidos y también algunos en América
Latina, y fue acusada de lavarles los cerebros a las personas, separar
familias y obtener dinero para lucrar a su fundador (acusaciones que
fueron rechazadas con vehemencia).
En 2003, Moon generó controversia cuando utilizó
un sermón para justificar el Holocausto con el argumento de que es el
pago que recibieron los judíos por matar a Jesús.
Sus críticos consideran que la Iglesia de la Unificación es un culto peligroso.
"Dios vive en mí"
Moon, que nació en 1920, era polémico en sus declaraciones.
"Dios vive en mí y yo soy su encarnación", le
dijo a un entrevistador. "El mundo entero está en mis manos y yo
conquistaré y subyugaré al mundo".
Dijo también que cuando se encontraba rezando a
los 15 años se le apareció Jesús y le pidió que estableciera el reino de
Dios en la Tierra.
Moon dijo haber rechazado la oferta dos veces, pero a la tercera aceptó.
Fundó su iglesia, cuyos miembros son conocidos como "moonies", en los años 50 en Seúl.
La iglesia se volvió famosa en las décadas
posteriores y era común ver a sus seguidores en las calles de las
principales ciudades del mundo.
Ellos compartían los ideales de Moon en favor del matrimonio y su odio por el comunismo.
Frecuentemente se les veía vendiendo maní y
flores en las calles para recaudar dinero, y la iglesia se llamó la
atención por sus matrimonios masivos, donde miles de personas se casaban
simultáneamente muy poco tiempo después de haber conocido a sus
parejas.
Una buena porción de sus seguidores se
encontraba en Estados Unidos y su presencia también se sintió en América
Latina, según un artículo de The New York Times de 1996.
La nota resalta cómo la iglesia de Moon encontró
resistencia en la región por las arraigadas tradiciones católicas, pero
igual logró ganar hasta tres millones de adeptos, de acuerdo con las
propias cifras de la organización.
"La Iglesia de la Unificación ganó un nuevo
respeto en América Latina, donde aseguró una fuerte posición y logró
acceso a los ricos y poderosos y a inversiones en bienes raíces,
hoteles, bancos, periódicos y otros negocios avaluados en cientos de
millones de dólares", dice el artículo.
Riqueza y controversia
No hay duda de que Moon era un hombre muy rico y
tenía propiedades suntuosas en Estados Unidos, pero también protegía su
riqueza, incluso eventualmente de manera criminal.
Fue condenado por evasión de impuestos en 1982 y cambió sus trajes por el uniforme de la prisión, donde estuvo 11 meses.
Cuando fue puesto en libertad se unió a otras iglesias estadounidenses para abogar por la libertad religiosa.
La controversia lo rodeó durante toda su carrera.
En 1995, el gobierno británico le prohibió la
entrada al país y en 2001, una decisión de su iglesia fue rechazada por
el Vaticano.
En esa ocasión, la Iglesia de la Unificación
casó a un arzobispo católico, Emmanuel Milingo, con una mujer de Corea
del Sur en una ceremonia en Nueva York.
Los fervientes discursos de Sun Myung Moon le permitieron atraer a miles de seguidores alrededor del mundo.
Pero continuará el debate sobre si fue un gran
líder espiritual o un estafador que lavó los cerebros de sus seguidores y
se lucró para sus propios fines.
Las expresiones vertidas en este blog acerca de la figura del Rev.Moon, están basadas en juicios externos y no tienen nada que ver con el verdadero Sun Myung Moon.
ResponderEliminarA lo largo de su vida entre otras cosas promovió: 1) La armonía y unidad entre las religiones, 2) La reunificación de Corea del Norte y del Sur, 3)Fundó y patrocinó incontables organizaciones por la paz mundial, 4) Educó a millones de familias bendecidas hacia el camino del verdadero amor. ¡Algún día la historia le hará justicia!