Temas candentes como seguridad,
narcotráfico, apertura económica, comercio y energía continúan siendo
fundamentales en la relación entre México y Estados Unidos. Ahora,
Washington está pendiente de cómo Enrique Peña Nieto -quien según la
autoridad electoral mexicana se impuso en las elecciones presidenciales-
los piensa manejar, según aseguran los expertos.
La relación entre las dos naciones es histórica y
profunda. La cooperación entre ambos gobiernos se tendrá que mantener
-más allá de los altibajos y cambios de Ejecutivo- porque hay mucho en
juego en la agenda bilateral, que está repleta de asuntos de gran
importancia.
Es cierto que la victoria de Peña
Nieto se da durante un período en el que EE.UU. quizás no está prestando
tanta atención a su vecino, pero sin duda la Casa Blanca seguirá de
cerca la estrategia del presidente electo y lo que pueda suceder con el
regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder.
Habrá que ver si Peña Nieto podrá sacudir la
sombra corrupción y elitismo asociada con este partido y presentar una
cara fresca de transformación y modernidad.
Transparencia
"Lo que Washington está esperando es que los reformistas, los más modernos dentro del PRI sean los que tienen más fuerza"
Michael Shifter, Diálogo Interamericano
"El PRI tiene de todo", indicó a BBC Mundo
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, una organización
de análisis sobre los asuntos del hemisferio occidental con base en
Washington.
La interrogante, según Shifter, está saber cómo
se va a conformar el equipo del nuevo gobierno y cómo definirá su
agenda, teniendo en cuenta las presiones internas del partido.
"No está claro cuál va a ser el camino",
manifestó el analista. "Lo que Washington está esperando es que los
reformistas, los más modernos dentro del PRI, sean los que tengan más
fuerza".
EE.UU. respondería bien a un gobierno de
orientación abierta en términos políticos y económicos, y con más
transparencia. "Hay una ventana de oportunidad con este gobierno",
añadió Shifter.
En este sentido, habrá que establecer
prioridades y muchos coinciden en que uno de los temas principales será
la cooperación futura en materia de seguridad.
"Washington quiere saber si se va a seguir o no
la trayectoria que existía con Calderón bajo la iniciativa Mérida",
comentó Maureen Meyer, encargada principal del programa para México y
Centroamérica de la Oficina de Washington sobre Asuntos Latinoamericanos
(WOLA, por sus siglas en inglés).
Esa iniciativa es el tratado internacional de
seguridad establecido entre EE.UU., México y Centroamérica para combatir
el narcotráfico y el crimen organizado.
Estrategia de seguridad
En ese marco ha habido algunas preocupaciones o
"fricciones", dice Meyer, porque Peña Nieto dejó entrever que su
proyecto iba enfocado más en reducir la sangrienta ola de violencia
asociada con el narcotráfico que afecta el país y no tanto en cómo
detener el flujo de drogas hacia el norte, que es lo que Washington
primordialmente quiere.
Sin embargo, el presidente electo declaró que
nombrará al exgeneral colombiano Óscar Naranjo como asesor principal de
seguridad. "La muy buena relación del general con EE.UU. es una muestra
de que Peña Nieto quiere continuar colaborando en esos temas de
seguridad y quiere seguir desarrollando y fortaleciendo la relación",
señaló la analista de WOLA a BBC Mundo.
"Está dando una indicación de cómo va a
priorizar y diseñar su estrategia de seguridad y, en ese marco, de cómo
ve la responsabilidad y el papel de EE.UU.".
Pero insiste en que el nuevo gobierno tendrá que
ser claro en cómo va a abordar el tema de la corrupción y controlar la
infiltración del crimen organizado en las estructuras del país.
"Peña quiere continuar colaborando en esos temas de seguridad y quieren seguir desarrollando y fortaleciendo la relación"
Maureen Meyer, WOLA
El nuevo PRI tiene que desechar la antigua
imagen de ser demasiado flexible con los narcos. "Eso dependerá de quién
designa Peña Nieto como sus asesores", expresó Maureen Meyer. "Ahí sí
va a haber otra relación que la que hubo con el presidente Calderón,
porque es un cambio, es gente nueva".
Ese cambio podría no ser del todo en la
dirección que espera EE.UU. Larry Birns, director del Consejo sobre
Asuntos Hemisféricos (COHA, por su siglas en inglés), un centro de
investigación de tendencia liberal, dijo a BBC Mundo que el PRI siempre
ha estado preparado para declarar que los intereses de México no
necesariamente coinciden con los de su vecino.
"La postura del PRI es que ha habido un
desproporcionado uso de recursos mexicanos en la guerra contra el
narcotráfico", expresó.
Birns opinó que Peña Nieto y su partido estarán
buscando, por lo menos en imagen, distanciarse de las políticas del
presidente Felipe Calderón, del PAN, y su "obsesión con la lucha contra
los carteles a costa de casi todos los otros problemas de México".
El dilema de PEMEX
Por el lado económico y comercial hay varios
temas pendientes. Peña Nieto dejó muy claro que en su agenda futura el
tema principal es el del libre comercio: cómo se va a continuar con el
TLC y si se podrá expandir.
El libre comercio está relacionado con el tema
seguridad porque hay muchas inversiones de EE.UU. en México en maquilas y
otras empresas que se han visto afectadas en algunas ciudades por la
situación de inseguridad. Mejorar y atraer más inversión extranjera,
particularmente de EE.UU., es de vital importancia.
EE.UU. también tiene interés en cómo se va a
manejar el tema energético y qué cambios va a haber con la estatal
petrolera PEMEX. Si va a haber una privatización de la compañía, por lo
menos en parte, y cómo se abre a la inversión extranjera.
Tras un desempeño decepcionante, le expectativa
es que la inversión privada le brinde a PEMEX mayor eficiencia y mejores
resultados.
"Habrá algún ademán simbólico de privatización, pero PEMEX está tan arraigado en la identidad mexicana que será imposible abrirlo al mejor postor"
Larry Birns, COHA
Según Michael Shifter, de Diálogo
Interamericano, EE.UU. podría expresar su interés en cuanto a ciertos
compromisos de inversión en México y "esos avales serían importantes
para asegurar un buen desempeño de PEMEX".
Pero no todo está en lo que pueda hacer EE.UU.,
afirma Shifter. "Todo depende de la decisión que tome el nuevo gobierno,
que tendrá que consultar con los partidos de oposición. El PRI va tener
que negociar y llegar a un acuerdo con el PAN para realizar las
reformas necesarias".
Ahí habrá dificultad, recalca Larry Birns, de
COHA, pues el PRI siempre se ha proyectado como un partido nacionalista e
independiente de los intereses de Washington.
"Habrá algún ademán simbólico de privatización
pero PEMEX está tan arraigado en la identidad mexicana que será
imposible abrirlo al mejor postor".
Reciprocidad
A pesar de las interrogantes que puedan existir
sobre el camino y la forma que decida tomar el presidente electo con
respecto a la política interna y externa de su gobierno, lo cierto es
que tendrá que aceptar y ajustar su acción a los cambios profundos que
han ocurrido en México desde hace 12 años, cuando el PRI dejó el poder.
"El partido se va a ver obligado a un cambio de
actitud, cambio de enfoque y de conducta", aseguró Shifter, ante una
sociedad con una clase media más amplia, con más demandas y mayores
expectativas.
"Hay que recordar que los estadounidenses van a tener sus propias elecciones en noviembre, unos comicios que también podrían afectar un poco hacia dónde va esa relación"
Maureen Meyer, WOLA
"Las propias circunstancias del país van a
producir resultados más positivos", vaticinó, añadiendo que eso se
reflejará en sus relaciones con Washington.
Maureen Meyer, de WOLA, subraya que Peña Nieto
ha dado pasos en dirección de una firme relación con su vecino del
norte. Recuerda que ya ha estado mínimo cuatro veces en EE.UU., en los
últimos dos años, incluso como precandidato en diciembre pasado,
"acercándose al gobierno y expresando su interés en colaborar con
Washington".
Igualmente, hubo reciprocidad cuando el
vicepresidente Biden estuvo en México para reunirse con los candidatos
presidenciales para expresar cómo ve Washington ese futuro común.
No obstante, señaló Meyer, "hay que recordar que
los estadounidenses van a tener sus propias elecciones en noviembre,
unos comicios que también podrían afectar un poco hacia dónde va esa
relación".
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