Egipto se prepara para elegir a su próximo
presidente entre dos candidatos, el islamista Mohamed Mursi y el
exdirigente del anterior régimen Ahmed Shafiq, que levantan serias
sospechas en el actual momento de convulsión política.
El incierto futuro político que se cierne sobre el
país marcó hoy la jornada de reflexión previa a la segunda vuelta de
las elecciones presidenciales, que se celebrará mañana, sábado, y el
domingo.
Y es que la sentencia del Tribunal Constitucional
que ayer invalidó el Parlamento dominado por los islamistas y dio luz
verde a la candidatura de Shafiq ha añadido todavía más interrogantes al
proceso de transición democrática que vive Egipto desde la renuncia al
poder de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
Conscientes de lo que está en juego, los Hermanos
Musulmanes evitaron movilizar a sus seguidores mediante manifestaciones y
prefirieron llamar a los egipcios a votar en masa para evitar cualquier
posible fraude que perjudique a su candidato, Mursi.
En un comunicado, la formación islamista alertó de
que la decisión del Constitucional o el reciente decreto ministerial
que autoriza a los militares a arrestar civiles son algunas de las
medidas con las que supuestamente se está preparando el terreno para una
"contrarrevolución".
Además de estas sospechas, la cofradía presentó a
Mursi como el "candidato de la revolución" en contraposición a las
fuerzas del régimen de Mubarak.
Por su parte, Shafiq utilizó su cuenta de la red
social twitter para mostrar su confianza en los jueces y organizaciones
encargadas de supervisar el proceso electoral.
El que fuera el último primer ministro de la era
Mubarak intentó captar votos con la promesa de la recuperación de la
economía y de la seguridad, en situación maltrecha tras la revolución.
Asimismo, el general retirado volvió a lanzar
guiños a los revolucionarios y a la minoría cristiana al defender la
libertad de expresión, la participación política de los jóvenes y el
respeto a todas las religiones en un estado civil.
En las últimas semanas de campaña, ambos
candidatos han intentado ganarse la confianza de aquellos sectores de la
sociedad a los que atemoriza tanto el avance islamista que representan
los Hermanos Musulmanes como un posible retorno al antiguo régimen de
manos de Shafiq.
Unos 51 millones de personas tendrán que
decantarse por alguna de estas dos opciones en un proceso que contará
con la supervisión de más de 14.000 jueces, repartidos en unos 13.100
colegios electorales de todo el país.
Según difundió hoy la agencia de noticias Mena,
los colegios electorales abrirán sus puertas los próximos dos días a las
8.00 hora local (6.00 GMT) y cerrarán a las 20.00 hora local (18.00
GMT).
El domingo, tras el cierre de las urnas, se
procederá al recuento de los votos, si bien los resultados definitivos
no se conocerán hasta el próximo 21 de junio, añadió la agencia.
Con la atención puesta en la inminente celebración
de comicios presidenciales, la reacción en las calles contra la
decisión del Tribunal Constitucional fue muy tibia, pese a que en la
víspera distintas fuerzas políticas la calificaron de "golpe de Estado".
En comparación con pasadas marchas
multitudinarias, apenas cientos de personas se concentraron hoy en
ciudades como El Cairo o Alejandría para protestar contra la disolución
del Parlamento y la continuación de Shafiq en la contienda electoral.
Después de que la Junta Militar anunciase que
recupera el poder legislativo debido a la disolución del Parlamento,
persisten las dudas sobre si los militares cumplirán su compromiso y
cederán el poder a una autoridad civil el próximo 30 de junio.
También están en el aire el futuro de la Asamblea
encargada de redactar la futura Constitución y formada esta semana pese
al boicot de las fuerzas liberales, así como los poderes del nuevo
presidente, lo que añade más incertidumbre al proceso. EFE
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