Auque en el siglo XX el corsé victoriano era
considerado por muchas mujeres como una prenda opresiva, las ventas de
ropa interior que modela el cuerpo, como es el caso de los corsés, están
aumentando en todo el mundo.
Beyonce, Lady Gaga, Madonna, Shakira y Miley Cyrus son algunas de las estrellas que decidieron llevar el corsé al escenario.
Pero el incremento en las ventas
indica que también las mujeres comunes y corrientes están adoptando esta
indumentaria, símbolo de la era victoriana.
La página de ventas por internet Ebay reportó un
aumento del 185% en la venta de corsés en los últimos tres meses. La
mayoría se vendió en el Reino Unido (40%), el 34% en Estados Unidos, el
8,6% en Australia y el resto en distintas partes del mundo.
La cadena británica Marks & Spencer afirma
que vende una pieza de la línea de lencería inspirada en los corsés cada
tres minutos.
Por una parte, esto se debe simplemente a una cuestión de moda. El boom
del estilo burlesco de los últimos siete u ocho años y la popularidad
de la onda de los años 50 en ambos lados del Atlántico han hecho que
esta prenda se torne deseable para muchas mujeres.
"Las mujeres parecen haber tomado conciencia de la necesidad de corregir sus formas para lucir una silueta vintage, y prefieren una solución que se vea deseable a usar esos calzones de ajustados de color piel"
Maz Spencer, de la tienda "Lo que hizo Katie"
"Gracias a la explosión del estilo burlesco y a
series como 'Mad Men' o películas como 'Mi vida con Marilyn', esta moda
parece no estar reservada exclusivamente para las seguidores a pie
juntillas de este estilo", le dijo a la BBC Maz Spencer, de la boutique
londinense "Lo que hizo Katie".
"Las mujeres parecen haber tomado conciencia de la necesidad de corregir sus formas para lucir una silueta vintage, y prefieren una solución que se vea deseable a usar esos calzones ajustados de color piel".
Pero modas aparte, la fascinación y la caída en
desuso del corsé cuentan la historia de la relación de las mujeres con
su imagen corporal.
Idas y vueltas
En la época victoriana, las mujeres adineradas usaban uno bajo su vestido.
Pero con el tiempo, muchas comenzaron a verlo
como un símbolo de inferioridad frente al hombre y comenzaron a
prescindir de él. En un momento dado llegó a desaparecer casi por
completo.
Durante la Primera Guerra Mundial, se produjo
-por decirlo de alguna manera- un asalto al corsé. Para las mujeres que
trabajaban esta prenda era extremadamente incómoda, y, en algunos
lugares de Estados Unidos, se les dijo que dejaran de comprarlos porque
el país necesitaba usar el metal con el que estaban hechos para otras
cosas.
Fue en ese mismo momento, que el sostén entró en escena.
Según explica Alison McCann, del Museo de
Textiles y Moda de Londres, el rechazo del corsé fue casi una extensión
del movimiento que luchaba para que las mujeres obtuviesen el derecho al
voto.
"Las mujeres comenzaron a adueñarse de sus prendas íntimas y a diseñar lo que querían usar".
Pero también desparecieron con el devenir de las
nuevas tendencias. En los años 20, por ejemplo, se impusieron las
creaciones de Coco Channel, de un estilo más masculino y relajado.
En los 50 regresaron brevemente las curvas y los corsés que delineaban la cintura, de la mano de Christian Dior.
En los 60, las mujeres abandonaron nuevamente la
tiranía de los cinturones y prendas superajustadas, como manifestación
de confianza en sí mismas y símbolo de empoderamiento.
Con el tiempo la forma y los materiales que se
empleaban para fabricar esta prenda fueron cambiando, y se volvió más
cómoda. Pero no fue sino hasta que Madonna saltó a la fama con su
vestuario inspirado en los antiguos corsés, durante su gira Blond Ambition en los 90, que la mayoría de las mujeres comenzó a interesarse otra vez en ellos.
No por moda sino por sobrepeso
Sin embargo, otra corriente de comentaristas
cree que el nuevo auge del corsé tiene un origen totalmente diferente:
el que las mujeres son mucho más gordas que antes.
Hannah Almassi, subeditora de la revista
británica Grazia, dice que recientemente ha crecido el interés por un
tipo particular de corsé: la faja.
"Es una especie de corsé compresor creado
originalmente para los pacientes que se hicieron una liposucción. Vienen
de Colombia, y aunque no son un invento nuevo, sí lo es la forma en que
lo usan las jóvenes".
"No se parecen a los corsés tradicionales de
encaje que contienen piezas metálicas, son más como una faja que
estiliza gracias a la compresión que ejerce el material elástico, que
empuja todo para adentro", explica Almassi.
Pero, añade, no hay que olvidar que siempre ha
habido formas de manipular la imagen corporal para ajustarse a la moda,
"ya sea con fajas para aplastar los pechos y darles a las mujeres una
apariencia más masculina o, como en los años 80, colocando gigantescas
hombreras".
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