Sócrates(Antonio) Regalado |
Mi carrera profesional como locutor se inició en el año 1972 en mi Santiago
querido, y como diría el fenecido periodista, escritor, poeta, locutor y
dramatugo, René Omar Montes De Oca, inolvidable y tenaz.
La radio en aquellos
años se ejercía por vocación, no había ansias de ninguna otra cosa que no fuera
hacer una comunicación radial para entretener y estar bien con la comunidad, en
otras palabras, el don para desempeñar el oficio se encontraba en una etapa de
ebullición y contenía en su esencia la pureza naciente, diría yo, de una flor en
botón.
Existían relaciones armoniosas en sentido general, no había tirria ni
desvarío, denigrar no tenía espacio en el accionar de aquellas voces, pero
tampoco denostar a nadie, realmente el compañerismo era excelente.
Don Ramón De
Luna y Doña Minucha Pezzotti de Luna constituyen un testimonio de lo que
decimos, el espacio no nos alcanza para expresar lo que significó esta familia
para aquella generación a la cual inspiraron y que escribió con cincel de hierro
y punta de diamante una historia gloriosa en las hermosas páginas de la locución
dominicana en Santiago de Los Caballeros y todo el país.
De igual manera José
Guillermo Sued, Alejandro Sánchez, Haime Thomás, Leonardo Aguilera,Guillermo
McDougal, Menelio Almonte, Grey Nuñez, José Fabián, José Miguel Román [el
Cafre}, Ney Flores, Pedro Francisco Blanco, Roberto Tineo, Cipri Mar, Gaspar
Rodriguez, Miguel De Jesús, Adriano De La Rosa, y otros tantos que no se me
olvidan, sino que están muy presentes aún en el corazón del pueblo y el mio, y
que no los mencióno porque me faltaría espacio, que son íconos y leyendas
vivientes de la locución.
Esos héroes del micrófono y al mismo tiempo maestros
del arte del buen decir,de la palabra hablada, incluyendo a los que por razones
de espacio no pude citar, tienen un lugar preponderante en la sociedad,
independientemente que se les reconozca su trabajo o no, pertenecen a la
historia intrínseca y emocional de nuestra nación, del ser, y son un referente
que las siguientes generaciones tendrán que enhebrar como parte muy importante
en el desempeño de sus funciones.
En mi caso particular, el Señor me hizo un
llamado, que bueno es Dios, el cual recibí como parte de una bendición para mi
vida que no existe a que comparar, ÉL, Jesús, me cambió el rumbo de mi carrera,
de locutor a ministrar su presencia y ser pastor, por su gracia, para guiar a
una parte de sus ovejas hacia las mansiones celestiales. Sigo ejerciendo como
locutor, pero ahora desde la óptica espiritual, doy gloria a Dios por esa
transformación, de las tinieblas a su Luz Admirable, como afirma su Palabra.
Amén.
Así dejo abierto el debate para la discución sobre el tema.
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