Uno se puede comprar unos 2.100 autos
Rolls-Royce modelo Phantom con eso. O 200 millones de mosquiteros para
combatir la malaria. O el diario The New York Times, y
sobrarían US$50 millones.
Si fueras Microsoft, te comprarías unas 800
patentes de AOL para pelear la próxima guerra de patentes.
El jefe de Facebook, Mark
Zuckerberg, escogió gastar US$1.000 millones en Instagram, un pequeño
desarrollador de una aplicación para compartir fotografías con menos de
dos años y 13 personas a tiempo completo que trabajan una sola
aplicación para teléfonos inteligentes.
El modelo de negocio
Sí, Instagram es muy popular. Los lujosos
"filtros" de la aplicación dan a las fotos una agradable sensación de
época, un poco como las viejas y descoloridas fotos de Polaroid
escondidas en las gavetas de la habitación de nuestros padres. Son fotos
mediocres que en un universo alternativo lucen bien; un servicio en
línea permite a los usuarios compartir sus fotos con amigos.
El inconveniente, por supuesto, es el modelo de
negocio de Instagram. La compañía no tiene un ingreso del que se pueda
hablar. Tal vez su modelo de negocio era ser comprada por otra firma
tecnológica con mucho dinero en el banco.
¿Pero se trata esto del regreso del dinero tonto
a Silicon Valley? ¿Es un caso de compra por pánico, con valores en
ascenso en una guerra de precios con Google u otro competidor?
Ciertamente, Facebook no está gastando US$1.000 millones en una aplicación.
Más bien, está comprando tres cosas: un rival
potencial con una base de usuarios en rápido crecimiento; un arma para
combatir otras amenazas aún más grandes en el espacio de las redes
sociales y, lo más importante, un mejor anzuelo en el mundo de la
computación móvil.
Un usuario = US$28
El crecimiento de Instagram es verdaderamente
impresionante. La aplicación cuenta con unos 30 millones de usuarios en
iPhone. Hace una semana se lanzó en el sistema operativo Android de
Google y se anotó cinco millones de descargas en apenas seis días.
Aún así, eso sugiere que Facebook valora a un usuario de Instagram en unos US$28.
Barato, podría decirse, dado que Facebook tiene
la tan cacareada valoración de US$100.000 millones, o US$118 por usuario
(La inclusión de Facebook en el mercado de valores Nasdaq es
inminente).
Bueno, al menos Facebook tiene ingresos y está logrando una buena ganancia.
El problema de Facebook, no obstante, es el
hecho de que sus días de rápida expansión ya pasaron, y muchos lo ven
como algo que se hace en una anticuada computadora de escritorio.
Aquí es donde entra Instagram. La fortaleza de
la aplicación -los dispositivos móviles- es la mayor debilidad de
Facebook. La red social simplemente no funciona tan bien en teléfonos
inteligentes como en las computadoras. Este es su talón de Aquiles.
El número de teléfonos con acceso a la red ya
está superando al de las computadoras y las ventas de tabletas pronto
podrían dejar atrás las de las computadoras personales tradicionales.
¿Otro acuerdo al estilo YouTube?
No hay que olvidar que las fotos estaban en la
esencia del éxito de Facebook; compartir fácilmente las fotos hizo que
se destacara contra sus primeros rivales. Hoy, la red social es el sitio
de internet más grande en lo que concierne a compartir fotos.
Si se combina el atractivo móvil de Instagram
con alguna cuidadosa integración de Facebook (sin molestar demasiado a
los usuarios existentes), Mark Zuckerberg podría haber hecho una jugada
muy hábil.
Podría ser tan astuto como cuando Google compró
YouTube por US$1.650 millones en 2006, antes de que fuera totalmente
obvia la importancia del video en internet.
Comprar Instagram podría también ayudar a Facebook a defenderse de nuevos rivales como el sitio para compartir fotos clic
Pinterest, posiblemente la red social de más rápido
crecimiento en el mundo (aunque todavía más pequeña que Instagram,
actualmente con unos 20 millones de usuarios).
Facebook tendrá que caminar con cuidado, de
todos modos. Los usuarios de Instagram son apasionados y ya están
preocupados porque su aplicación siga los pasos de otros ingeniosos
servicios en línea que terminaron devorados por gigantes tecnológicos
como Google y Yahoo: rápidamente marginados, olvidados y cerrados.
Mark Zuckerberg promete ser diferente, y dice
que está "comprometido con la construcción y el crecimiento
independiente de Instagram".
Los ganadores
Los mayores ganadores del acuerdo con Facebook son, por supuesto, las personas directamente involucradas con Instagram.
El fundador y director ejecutivo Kevin Systrom,
según se informa, ganó US$400 millones; su cofundador Mike Krieger es
US$100 millones más rico, y todo por menos de dos años de trabajo.
Informes sugieren que US$100 millones se
compartirán entre los otros 11 miembros del personal, algunos de los
cuales se unieron a la compañía hace sólo pocas semanas.
Además están los inversionistas, una lista de notables de Silicon Valley (incluido el primer jefe técnico de Facebook).
Hay que felicitar, a propósito, a las tres
firmas de capital de riesgo que supuestamente invirtieron US$50 millones
en Instagram, valorando la compañía en sólo US$500 millones. En menos
de una semana duplicaron su dinero.
¿Alguien dijo "burbuja tecnológica"?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer