En 1961, con apenas 12 años de edad, Carlos
Saladrigas fue enviado solo a Miami porque sus padres pretendían
salvarlo del comunismo.
Medio siglo después es uno de los empresarios
cubano-estadounidenses de mayor éxito. Militó durante gran parte de su
vida en el ala dura del exilio anticastrista pero ahora forma parte de
un grupo que pretende apoyar el proceso de reformas que se realizan en
Cuba.
Se trata del Grupo de Estudios de
Cuba, empresarios cubanos en el exilio que dicen trabajar juntos aunque
con diferencia de criterios "con el fin de tender puentes, buscar
soluciones y apoyar los cambios" en la isla.
La pasada semana dio una conferencia en el
Centro Cultural Félix Varela de La Habana, donde expuso sus puntos de
vista. Posteriormente aceptó conversar en exclusiva con BBC Mundo.
¿Qué propone Carlos Saladrigas a la sociedad cubana?
Lo que proponemos es buscar soluciones para
Cuba, el conflicto cubano es un conflicto político y por lo tanto debe
tener una solución política. En vez de entorpecer los cambios estamos
comprometidos a facilitarlos para que sean más rápidos, más fáciles y
más abundantes.
"La gran pregunta no es si (las reformas) van a dar marcha atrás sino cuán rápido van a ir hacia adelante. "
Carlos Saladrigas, empresario cubanoamericano
Yo creo que es obvio para todos -incluyendo a
los líderes del gobierno cubano- que los cambios son muy necesarios,
hacen muchísima falta.
Usted viene del ala dura del exilio, ¿qué lo llevó a cambiar?
Fue un proceso evolutivo. Yo soy empresario y
cuando un empresario hace lo mismo durante 53 años sin obtener
resultados no insiste, cambia de estrategia, busca otros medios. También
hubo un proceso de reflexión sobre como pretendíamos cambiar a Cuba
mediante sanciones que produzcan hambruna para que el pueblo se levante
contra el gobierno.
Eso no es ético, es usar al pueblo como si fuera un
misil. En su lugar, ahora nos proponemos ayudar al pueblo a mejorar su
vida y a reforzar su sociedad civil.
¿En concreto que proponen?
Ayudar a la pequeña empresa, nosotros pensamos
que la pequeña empresa en cualquier país del mundo es una fuerza
importantísima que democratiza la economía evitando la excesiva
concentración de riquezas y creando empleos. Ahora que el gobierno ha
decidido que la pequeña empresa es importante para Cuba es un buen
momento para ayudarlos a que mejoren sus empresas y que cuenten con la
capacidad y los recursos para hacerlo.
¿Cuáles serían las vías para apoyarlos?
Apoyar a la iglesia en términos de capacitación
de los nuevos emprendedores, utilizar el talento de los empresarios de
Miami en términos de consejería y, cuando sea posible, entregar
microcréditos para ayudarlos a capitalizarse. Lo haríamos con un fin no
lucrativo.
¿Pretenden ustedes invertir aquí?
Las leyes de uno y otro país están tan lejos de permitir eso que no vale la pena ni siquiera especular.
"Cuando se hacen pequeñas aperturas en todos los sectores de la economía es difícil que tenga impacto en los mercados. Yo sugiero que el Estado escoja que sectores quiere mantener bajo su control y que el resto los abra completo, que los mercados se ajusten y eso es lo que traerá la eficiencia."
Carlos Saladrigas
¿Qué respuesta han tenido de las autoridades cubanas?
No hemos hablado con nadie. Algún día se darán
los contactos pero mientras tanto creo que hay espacios en la sociedad
civil para hacer cosas. La misma iglesia tiene ya programas de formación
empresarial muy buenos.
Usted dijo que si tuviera 25 años no se iría del país por las perspectivas que se abrirán en los próximos cinco años.
Sí, yo me la jugaría pero no pretendo imponerle
mi criterio a nadie, sería muy injusto porque existen probabilidades de
que no suceda. Ya hemos visto antes como se avanza y después se le da
marcha atrás a las cosas, algo que ha generado mucho escepticismo. Pero
yo viendo la situación internacional y las interesantes perspectivas de
aquí creo que en cinco años en Cuba habrá muchas posibilidades para un
joven emprendedor.
¿Qué le hace pensar que esta vez no habrá marcha atrás?
Lo veo muy difícil porque no creo que haya otras
opciones, no queda más remedio que seguir hacia adelante. La gran
pregunta no es si van a dar marcha atrás sino cuán rápido van a ir hacia
adelante.
Al margen de la velocidad Usted plantea algunas críticas sobre la forma en que se hacen las reformas.
Cuando se hacen pequeñas aperturas en todos los
sectores de la economía es difícil que tenga impacto en los mercados. Yo
sugiero que el Estado escoja que sectores que quiere mantener bajo su
control y que el resto los abra completo, que los mercados se ajusten y
eso es lo que traerá la eficiencia. Los mercados han demostrado su
capacidad de crear riquezas y reducir pobreza. Hay que regularlos pero
no desde un papel restrictivo, deben dejar que los mercados hagan su
trabajo.
¿Qué papel juega la beligerancia de EE.UU. y del exilio duro?
Sirve de muleta para adosarle todos los errores,
le da legitimidad al gobierno cubano y genera miedo. La voluntad de
cambio aumenta cuando los beneficios del cambio exceden los costos del
cambio.
Tenemos que disminuir el costo del cambio para
disminuir el miedo al cambio, hay que hablar de sus beneficios, de lo
que podemos hacer todos juntos por el futuro de Cuba. El pasado nos
enloda, dejémoselos a los historiadores y enfoquémonos en el futuro.
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