SANTO DOMINGO.- La vicepresidenta de la
República y coordinadora del Gabinete de Políticas Sociales, Margarita
Cedeño de Fernández, abogó porque la educación preescolar llegue a todos
los niños del país, sobre todo a los más pobres que residen en
comunidades apartadas, para romper la brecha de desarrollo entre ricos y
privilegiados en la República Dominicana.
En ese sentido, en el 2010, cuando se desempeñaba
como Primera Dama, Cedeño de Fernández, creó los “Espacios de Esperanza
(EPES)”, un programa para impulsar el desarrollo integral de infantes
en situación de vulnerabilidad estimulando su desarrollo integral, que
actualmente acoge a dos mil 245 niños de entre dos a seis años de todo
el territorio nacional.
“La educación de calidad en edad temprana es
sumamente importante porque reduce la brecha de desarrollo entre los
pobres y privilegiados”, aseguró Cedeño de Fernández, quien agregó que
los EPES vienen a llenar el vacío de la estimulación temprana en la
educación, ya que conforme a los estudios ésta se genera desde los 3
años.
Destacó que desde el Gabinete Social se esfuerza
por mejorar y ampliar el programa, que a finales de este año se espera
que alcance a otros mil 600 niños y niñas más, “porque una educación de
calidad en la edad temprana es básica para formar ciudadanos más
inteligentes, creativos, innovadores y mejores profesionales”.
El proyecto se ejecuta en unos 65 centros
instalados en localidades pobres donde funcionan los Centros
Tecnológicos de Capacitación (CTC) y los Centros de Capacitación y
Producción Progresando (CCP).
Los Espacios de Esperanza permiten a los pequeños
acceder de forma gratuita, inclusiva e integradora, a contenidos acordes
con los programas del Ministerio de Educación, que les permiten
ingresar exitosamente al sistema educativo, e incluye el componente de
alimentación del Progresando con Solidaridad mediante los
micronutrientes Progresina.
Asimismo, enfatiza la estimulación del
aprendizaje, mediante el uso de herramientas que permiten el desarrollo
del hábito de lectura, el pensamiento crítico y analítico, el fomento de
la cultura, el deporte, la ciencia e identificar sus derechos como
parte esencial en la forma de asumir responsabilidades.
Los EPES permiten a las madres, dejar a sus hijos
en un lugar seguro y con cuidado profesional, mientras se capacitan en
diversas áreas y oficios para romper el círculo de la pobreza.
Buscan lograr, de cada niño y niña participante,
un ser sociable, independiente, participativo, solidario y crítico,
capaz de expresar su opinión y ejercer su iniciativa dentro del orden y
la cortesía.
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