Por Fernando Rodríguez Cespedes. |
La decisión
del Gobierno de reconocer como válidos los fraudulentos títulos de propiedad en Bahías
de las Águilas, representa una
abominable medida legitimadora del caos
y el desorden institucional que han protagonizado personeros de los tres
partidos mayoritarios del país en provecho propio y de allegados, en perjuicio del
patrimonio nacional.
El
pobre alegato de que se busca con esto contribuir al desarrollo de la región Sur del país,
se queda corto ante la exuberante belleza de esta marginada zona poseedora de otros muchos lugares, sin
conflictos legales, que debieran concitar igual atención del Ejecutivo para
iniciar el esperado despegue turístico de esta deprimida región del país.
Ante la
barbaridad que representa la decisión
del presidente Danilo Medina y las implicaciones de la misma, irrespetando al Poder Judicial y favoreciendo
a probados saqueadores de los bienes públicos, prefiero creer que el primer
mandatario ha sido sorprendido en su buena fe por gentes de su entorno.
El
calificativo de "valiente" otorgado lisonjeramente al Presidente por
legitimizar, las espurias maniobras de un grupo de vándalos constituidos en asociación
de malhechores para despojar al Estado de las codiciadas tierras de una de las
zonas más hermosas del país, constituye una vergüenza.
Valiente
hubiera sido, que el Estado, cumpliendo
con su deber de preservar los bienes públicos, accionara todas sus instancias a
fin de que los tradicionales buitres, enquistados en los partidos, en las
instituciones públicas y en la actividad del lavado, fueran derrotados en sus pretensiones
de apropiarse de una parte tan importante del patrimonio público.
Y más,
después que el senador y ex director del Instituto Agrario Dominicano (IAD),
Winston Guerrero, revelara un listado de favorecidos que incluye a un ex lugarteniente del famoso narcotraficante
José Figueroa Agosto, quien también fue favorecido en Bávaro con cientos de
tareas de tierra en base a una maniobra similar a la usada en Bahía de Las Águilas.
A todo
esto se suma la denuncia hecha, conjuntamente, por la Academia de Ciencias y la
Universidad Autónoma de Santo Domingo en el sentido de que dos de las parcelas
contempladas en el poder especial 7-13 del Ejecutivo para ser negociadas con los
"compradores de buena fe", se encuentran, "por un error de
cartografía", ubicadas dentro de la
zona protegida del Parque Nacional Jaragua y en las costas de Bahía de las Águilas.
Existen
otros muchos elementos que podrían esgrimirse en contra de este pretendido
crimen contra el patrimonio nacional, pero se abre una brecha de esperanza
después que el presidente Medina sostuviera una reunión con varios directores
de medios y al final les expresara que nada es definitivo en torno al
expediente.
Confiamos
en que después de este encuentro con estos prestigiosos periodistas y otras
personalidades e instituciones defensoras del patrimonio nacional y el
adecentamiento de nuestra sociedad, el Presidente cambiará de actitud y hará lo que corresponda
a los mejores intereses del país.
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