Por Fernando Rodríguez Céspedes |
El mejor
tributo rendido, este 27 de febrero, a
los héroes de nuestra independencia, encabezados por Juan Pablo Duarte, fue la
advertencia del Gobierno de que si el contrato con la minera Barrick Gold no es
revisado amigablemente, procederá, vía congresional, a imponer los impuestos
necesarios a los ingresos inesperados de la firma para que el país obtenga mayores beneficios.
En su
discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional, el presidente
Danilo Medina, advirtió a la compañía extranjera, que si persiste en su actitud
negativa ante las gestiones oficiales de
revisión del contrato que la autoriza a explotar los yacimientos de oro de Pueblo
Viejo, no se quedará de brazos cruzados y en un plazo prudente, procederá
contra ella.
La
valiente actitud del primer mandatario, recordó actuaciones similares de los ex
presidentes Joaquín Balaguer y Antonio Guzmán
quienes, en sus momentos, hicieron valer su autoridad para lograr
mayores beneficios para el país, contrario al pasado presidente y a los legisladores actuales que brindaron en
bandejas de oro nuestras riquezas mineras al emporio canadiense.
Esta
censurable actitud permitió a la Barrick, el 11 de noviembre del 2009, tras una
cuestionable revisión del contrato vigente, reducir a un ridículo 3 por
ciento los beneficios que recibiría el Estado,
además de las grandes ganancias que han obtenido con el astronómico aumento del
precio del oro a nivel mundial. Esto, como
dijo el presidente Medina, es,
sencillamente inaceptable.
El
pueblo dominicano, representado por todas sus instituciones, debe respaldar
militantemente, sin banderías políticas, al Gobierno en esta patriótica lucha
en defensa de nuestras riquezas mineras para beneficio de los sectores más
empobrecidos de nuestra sociedad como anunciara el presidente Medina quien, con
su postura, se engrandece como político y ciudadano.
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