Buena parte de los ciberataques contra EEUU tienen su origen en una
unidad del Ejército chino, según el informe presentado hoy por una
empresa especializada estadounidense y que Pekín ha rechazado
tajantemente.
El informe de 60 páginas de la empresa Mandiant, especializada en
seguridad en internet, dice que un grupo de piratas informáticos,
identificados como APT-1, cuentan con el “apoyo directo del Gobierno”
chino para perpetrar una “amplia campaña de espionaje cibernético a
largo plazo”.
Mandiant ha localizado el origen de ataques a 141 entidades de todo
el mundo -la mayoría de ellas de países angloparlantes- a las puertas de
un edificio en las afueras de Shanghai, donde opera la unidad 61398 del
Ejército de Liberación Popular chino.
Aunque Mandiant no ha podido situar directamente a los integrantes
del grupo en el interior del edificio, considera que es la explicación
más plausible acerca del por qué tantos ataques provienen de una misma
área.
Con toda probabilidad, asegura la empresa, la unidad 61398 es “uno de
los grupos de ciberespionaje más prolíficos, por puro volumen de la
información que ha robado”, desde listas de contactos a planes de
empresa, según asegura.
La unidad, rodeada de secreto en China, cuenta con “misiones,
capacidades y recursos” similares a las que ha identificado en el grupo
de ciberpiratas.
Según Mandiant, los ataques, que se han producido desde al menos
2006, aumentaron hace dos años y se dirigen contra una veintena de
sectores, desde contratistas militares hasta plantas químicas, pasando
por empresas de telecomunicaciones.
Muchas de las empresas y organismos espiados operan en sectores
definidos por China como estratégicamente importantes dentro de su plan
quinquenal económico.
Los piratas informáticos se introdujeron en las redes de las
entidades espiadas durante una media de casi un año, aunque en algún
caso la presencia virtual de los espías se prolongó más de cuatro años.
Pekín ha rechazado tajantemente las acusaciones de la empresa estadounidense, que calificó de “infundadas”.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores chino, Hong Lei, afirmó que “los ciberataques son anónimos y
transnacionales, por lo que es muy difícil trazar su origen. Realizar
acusaciones sin fundamento no es ni responsable ni profesional”.
Por contra, aseguró Hong, China también es víctima de “numerosos
ataques, que han aumentado con el paso de los años” y la “mayoría” de
los crecientes ataques informáticos que recibe provienen del país
norteamericano.
“Sólo digo que, entre los numerosos ataques de los que somos
víctimas, los que proceden de EEUU ocupan el primer puesto”, subrayó.
China y EEUU llevan meses enzarzados en una campaña de recíprocas acusaciones de ciberespionaje.
En octubre, un informe del Congreso estadounidense recomendó limitar
el acceso al mercado estadounidense de las empresas de
telecomunicaciones chinas Huawei y ZTE debido a preocupaciones sobre la
seguridad y la posibilidad de espionaje.
A finales de enero, el diario “The New York Times”, que en octubre se
enfrentó a las autoridades de Pekín al publicar un reportaje sobre la
riqueza de la familia del primer ministro Wen Jiabao, informó de que
piratas informáticos chinos se habían infiltrado en su sistema durante
cuatro meses.
En medio de estas tensiones entre la primera y la segunda economía
mundial, Estados Unidos debate aprobar un reglamento por el cual
Washington podría acometer ciberataques “preventivos” sin una
declaración de guerra previa.
Este tono bélico ya fue utilizado por el secretario de Defensa
estadounidense Leon Panetta, cuando, en un discurso en Nueva York en
octubre, advirtió que EEUU hace frente “a un ciber Pearl Harbor”, en
mención a posibles ataques de piratas informáticos iraníes, rusos o
chinos.
El portavoz chino señaló hoy que su país “se opone firmemente al
espionaje informático” y “los ciberataques son un problema internacional
que debería ser gestionado de acuerdo a la confianza mutua y a la
cooperación global”.
El portavoz del Gobierno chino, que controla uno de los aparatos
censores más poderosos del planeta, abogó por impulsar un código de
conducta en internet internacional sobre el cual “trabajar para
construir un ciberespacio libre, seguro y justo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer