El presidente de EE.UU., Barack Obama, sostuvo este martes que la
economía y la seguridad nacional sufrirán si se aplican en tres días los
recortes del gasto público previstos para enfrentar el déficit, en un
discurso en el que enfatizó sus negativos efectos para el sector militar
y de defensa.
Obama eligió un astillero de Newport News (Virginia) para volver a
urgir al Congreso a que evite esos recortes, valorados en más de 85.000
millones de dólares y que deben entrar en vigor el viernes, en el marco
de la campaña puesta en marcha por la Casa Blanca para advertir de sus
desastrosas consecuencias.
El secuestro, como se conoce a esas reducciones presupuestarias, es
un mal nombre, pero sus efectos serán aún peores, destacó Obama en un
discurso ante unos 1.000 trabajadores de la empresa Huntington Ingalls
Industries (HII) en el astillero de Newport News, el mayor empleador del
sector industrial en Virginia.
“Cuanto más se prolonguen esos recortes, mayor será el daño”, alertó
Obama al rechazar el plan de los republicanos, que pretenden dejar en
pie esa medida y dar más flexibilidad al Gobierno para decidir dónde y
cómo aplicar las reducciones.
Fueron tanto republicanos como demócratas quienes acordaron en el
Congreso en 2011 esos recortes para forzar un acuerdo de largo alcance
sobre la reducción del elevado déficit público que todavía no ha
llegado.
Los recortes, que ascienden a 1,2 billones de dólares durante los
próximos 10 años, provocarían una reducción indiscriminada del
presupuesto de las agencias federales, excepto para algunos programas
obligatorios como el Medicaid (de salud) y los cupones de alimentos.
Antes de su discurso, Obama visitó un módulo de construcción de
submarinos nucleares en el astillero, que también provee y repara buques
y portaaviones para la Armada estadounidense.
El Departamento de Defensa será precisamente uno de los más afectados
si se aplican los recortes y en el estado de Virginia, muy dependiente
de la industria militar, se pueden perder “cientos de miles de empleos”,
según subrayó hoy el presidente.
Solo en Virginia unos 90.000 trabajadores civiles del Departamento de
Defensa tendrán que acogerse a bajas forzosas y a reducciones
salariales si las reducciones presupuestarias entran en vigor.
Además, se tendrá que cancelar el mantenimiento de 11 buques en la
base naval de Norfolk, también ubicada en Virginia y una de las más
grandes del mundo, y habrá retrasos en varios proyectos, de acuerdo con
la Casa Blanca.
El Pentágono ya se ha visto obligado incluso a reducir su presencia en el Golfo Pérsico.
“Vamos a perder a muchísima gente. Nuestra productividad va a ir para
abajo”, dijo a Efe Ricardo Alfonso Palacios, nacido en Honduras y
trabajador del astillero, sobre qué sucederá si se aplican finalmente
los recortes.
Obama viajó a Newport News acompañado de dos congresistas, el
demócrata Bobby Scott y el republicano Scott Rigell, como ejemplo del
“compromiso” bipartidista que a su juicio se requiere para impedir los
recortes.
Rigell es uno de los pocos republicanos que creen, al igual que Obama
y los demócratas, que para evitar los recortes es necesario un acuerdo
que combine reducciones presupuestarias en algunos programas sociales
con una reforma fiscal para aumentar la carga impositiva a los
ciudadanos más ricos.
La mayoría de los republicanos, incluido el presidente de la Cámara
de Representantes del Congreso, John Boehner, se oponen a incrementar
los impuestos a los ricos y las grandes corporaciones para que la
hacienda pública tenga más ingresos.
“Estoy más que dispuesto a negociar”, reiteró hoy el presidente,
quien pidió a los republicanos que dejen de lado “los juegos políticos” y
anotó que es el Congreso el único “con potestad” para impedir los
recortes.
Otro trabajador del astillero, Don Wyan, comentó a Efe que es
“optimista” pese a que solo quedan tres días para intentar evitar los
recortes e indicó que, a su juicio, “todavía hay espacio para un
acuerdo” en el Congreso. EFE
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