Santiago de Chile.- Dieciséis
personas fallecieron y veintidós resultaron heridas en el sur de Chile
al caer por un precipicio un autobús en el que viajaban hinchas de un
equipo de fútbol local, en un accidente que enluta al país y vuelve a
poner sobre el tapete los problemas de seguridad de esos vehículos.
Si
bien en un principio se informó de trece fallecidos, el número de
víctimas mortales ascendió después a dieciséis, entre ellos un menor de
dos años y un lactante de seis meses, según confirmó el intendente en
funciones de la región del Biobío, Luis Santibáñez.
También falleció el conductor del microbús,
mientras que el resto de víctimas corresponden en su mayoría a jóvenes
de entre 14 y 30 años.
Los cuerpos fueron llevados al Servicio Médico Legal y hasta el momento no se ha difundido sus identidades.
Las veintidós personas heridas, muchas de ellas de gravedad, han sido trasladadas a cuatro centros hospitalarios de la región.
El accidente se produjo en torno a las 02.00 hora
local (05.00 GMT) del sábado en las cercanías de la localidad de Tomé, a
470 kilómetros al sur de Santiago, cuando el vehículo se salió de la
vía y cayó por una pendiente de unos 150 metros.
En el vehículo, un microbús, viajaban unos
cuarenta aficionados del O'Higgins de Rancagua, que en la noche del
viernes presenciaron en Talcahuano la victoria de su equipo por 0-2 ante
Huachipato, en el inicio de la tercera jornada del campeonato local.
En total fueron tres los autobuses con hinchas del
O'Higgins que se habían desplazado a Talcahuano, pero, de regreso, un
grupo de aficionados decidió no volver de inmediato a Rancagua para
aprovechar la noche veraniega en las costas del Biobío.
Por ello, algunos de los aficionados
intercambiaron sus lugares en los vehículos. Eso, unido a que el autobús
no llevaba una lista de pasajeros y a que muchos ocupantes no se
conocían entre sí, dificultó determinar cuántos pasajeros iban en el
vehículo.
"Había gente que estaba de acuerdo (en ir a la
playa), otra que no. Mi polola (novia) y yo, con otras personas, nos
bajamos, y llegando a Linares nos enteramos de lo que había pasado",
declaró a los periodistas uno de los aficionados.
El microbús, propiedad de la empresa Trans
O'Higgins y alquilado por los hinchas, no estaba obligado a llevar ni
esa lista de pasajeros ni cinturones de seguridad en sus asientos, como
sí se le exige a los autobuses de mayor capacidad.
Sin embargo, se investiga si llevaba más ocupantes
de los permitidos y si algunos de ellos iban de pie, ya que al parecer,
según un registro del Ministerio de Transporte citado por el diario El
Mercurio, el vehículo tenía capacidad para veintisiete pasajeros.
El siniestro se registró en una carretera
estrecha, con bastante pendiente y con curvas muy pronunciadas conocido
como Cuesta de Caracoles, en la ruta entre Tomé y Dichato que, según
reconocieron hoy las autoridades regionales, es de "de bastante
complejidad".
En el lugar está trabajando personal de
Carabineros realizando peritajes para determinar las causas del
accidente. Según adelantó el fiscal regional en funciones, Pablo Fritz,
se espera tener un informe preliminar en 48 horas.
Tras conocer la noticia, a primera hora de este
sábado un grupo de sesenta familiares de las víctimas abordaron un
autobús en Rancagua, capital de la región de O'Higgins, para dirigirse
hacia el Biobío, a unos 400 kilómetros al sur.
"Horrible tragedia en Tomé, nuestras más sinceras
condolencias a toda nuestra Gran Familia Celeste, fuerza a los
familiares de las víctimas", señaló en su cuenta oficial en Twitter el
club O'Higgins, que ofreció realizar el velatorio de los fallecidos en
su estadio.
En tanto, la Asociación Nacional de Fútbol
Profesional (ANFP) declaró duelo oficial en la institución y anunció que
se guardará un minuto de silencio en todos los estadios donde hoy y
mañana se jugarán partidos de primera y segunda división.
Se descarta, por tanto, que se vaya a suspender la jornada de fútbol.
También en las localidades de Tomé y de Rancagua se declaró duelo oficial.
Sin embargo, se mantiene programado para este fin
de semana el festival de música Vive Dichato, organizado por un canal de
televisión y que se creó en 2012 precisamente para alentar el turismo
en esa zona, que quedó destrozada por el terremoto y tsunami de 2010.
Esta tragedia vuelve a poner sobre el tapete los
problemas de seguridad de esos vehículos, donde con cierta frecuencia se
producen accidentes de gravedad y son habituales las denuncias contra
las empresas por incumplimientos de las medidas preceptivas.
El último accidente grave se produjo en noviembre
de 2011, cuando fallecieron diecinueve personas y veintidós resultaron
heridas.
En 2008, nueve alumnas de un colegio de Santiago
murieron en otro siniestro en el norte del país, y en 2006, veintiséis
pasajeros murieron y veintiséis resultaron heridos al caer un autobús a
un río. EFE
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