Oscar Pistorius no iba a ganar la carrera.
Fue mejor así, concluyeron algunos expertos:
como que si hubiera habido alguna posibilidad de que lo lograra, quizá
ni siquiera se le habría permitido correr.
Casi al terminar la semifinal de los
400 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Pistorius pudo
haber estado fuera de ritmo, pero estaba muy por delante de su tiempo.
Siendo el primer amputado en competir contra
rivales sin discapacidad en los Juegos Olímpicos, Pistorius disparó el
pistoletazo de salida en el que se podría estimar como el debate más
importante que un deporte de élite pueda encontrar.
Pronto, los atletas que utilizan la tecnología
para mejorar su cuerpo serán capaces de saltar más alto, más lejos y
durar más, extendiendo nuestro concepto de lo que significa llevar el
cuerpo humano hasta el límite.
Un límite que ya no se empuja en la pista, sino en un laboratorio científico.
"Mirar desde la ventana"
Así es en uno de esos laboratorios, dentro de la
fábrica Ottobock en Alemania, donde Heinrich Popow desarrolló sus
prótesis para correr. El atleta nacido en Kazajstán -y quien se trasladó
a Alemania con solo siete años de edad- perdió la pierna izquierda a
causa de un cáncer a los nueve años.
En su lugar, lleva una obra maestra de fibra de
carbono que le permitirá competir en los 100 metros y 200 metros, así
como en salto de longitud.
"Antes de mi amputación estaba jugando al fútbol, al igual que cualquier niño pequeño", dijo Popow a la BBC.
"No fue difícil para mí que me amputaran; me fue
difícil mirar desde la ventana y ver a los niños pequeños que jugaban
fuera al fútbol".
Nate Williams es uno de varios ingenieros en la fábrica de Otto Bock que ha ayudado a Popow a forjar su carrera en el atletismo.
La fábrica ha estado haciendo prótesis durante
más de 85 años. Su fundador, Otto Bock, fue pionero en la producción en
serie de prótesis, un paso necesario para manejar una gran afluencia de
amputados a causa de la guerra y con poco dinero para mantenerlos.
"Hacemos una investigación importante y tenemos
aquí un centro de desarrollo", dice Williams. "Los productos son
diseñados, fabricados y probados en este lugar".
Las prótesis de Popow están construidas capa por capa.
"Vienen en capas que van desde 0,1 mm de espesor hasta casi 2 mm", dice Williams.
"Apilamos esas capas una encima de la otra.
Podemos orientar las fibras en una dirección específica de modo que se
puede maximizar su rigidez y resistencia".
Nanotecnología
Desde que estas prótesis se empezaron a fabricar
en Ottobock en 1919, el propósito de la tecnología para los
Paralímpicos se ha centrado en intentar compensar algo -usualmente un
miembro- que falta.
Sin embargo, en los próximos años, podríamos ver el octavo lugar de Oscar Pistorius como el comienzo de algo mucho más grande.
"En el futuro vamos a pensar en todo el mundo como si estuviera discapacitado"
Andy Miah, profesor de ética y tecnología emergente
"En lugar de pensar acerca de los dispositivos
protéticos como una aparato bastante torpe que nos pegamos a nuestros
cuerpos, un escenario más probable es uno en el que tendremos
dispositivos de nanotecnología bajo la piel y estaremos mejorando
nuestras capacidades físicas sin siquiera darnos cuenta", dice Andy
Miah, profesor de ética y tecnología emergente en la Universidad del
Oeste de Escocia.
Al igual que vemos algunos atletas que deciden
utilizar sustancias ilegales para mejorar el rendimiento, nos podríamos
encontrar con deportistas con cuerpos "mejorados".
"En el futuro vamos a pensar en todo el mundo
como si estuviera discapacitado", dice Miah. "Y ya no va a ser una
cuestión de si las personas que tienen discapacidades son mejores o
peores".
"Se trata de tratar de asegurar que todas las
personas con limitaciones particulares serán capaces de usar la
tecnología de manera que optimicen su rendimiento".
Como era de esperarse, las autoridades
deportivas están manteniendo una estrecha vigilancia sobre si la
tecnología está siendo utilizada injustamente, lo que ya tiene un
nombre: tecnoestímulo (techno-boost).
El director médico y científico del Comité
Paralímpico Internacional (IPC), Peter van de Vliet, le dijo a la BBC
que la tecnología para mejorar el rendimiento se controla estrictamente,
tanto como la medicación.
"No importa qué equipo se lleve al campo de
juego, el esfuerzo crítico será el rendimiento humano, más que el
impacto de la tecnología y del equipo.
"No podemos negar que no debemos obstaculizar el
desarrollo de la tecnología. Es algo en lo que estas dos comunidades se
tienen que encontrar y ponerse de acuerdo en lo que se puede regular en
determinado momento".
'Interacción celebración'
Van de Vliet argumenta que la tecnología va
demasiado lejos, al punto de que empuja el rendimiento más allá de los
límites humanos.
Pero Miah, al igual que muchos en la comunidad
científica, dicen que el "límite humano" es una frontera inaplicable que
es antideportiva.
"El espíritu del deporte hace que todo el mundo
crea que puede ir más rápido, saltar más alto y levantar más peso, y la
tecnología es una parte de ese proceso.
"En el momento en que un pie toca la pista ya es
una interacción tecnológica. La idea de que el deporte es de alguna
manera una celebración de talentos humanos naturales es engañosa. Creo
que es una celebración de la interacción de la biología con la
tecnología".
Popow se prepara para una celebración totalmente diferente, una de su propio triunfo sobre su adversario.
Su tecnología no intenta convertirlo en alguien que no es, si no en alguien que siempre se ha esforzado por ser.
"A menudo me preguntan si me gustaría volver a
tener mi pierna. Yo digo: 'No, para nada'. Recibí sólo una cosa mala en
la vida y ahora tengo cien cosas positivas. Estoy muy contento con lo
que tengo".
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