Después de repasar hace unos meses algunos de los peligros que rodean a
los perros, hoy compartimos una lista de siete alimentos comunes
recopilados por el blog «Xataka Ciencia», que no suelen sentar nada bien
a nuestras mascotas. Si evitas incluirlos en su dieta mejorarás la
calidad de vida de tus amigos de cuatro patas.
1. Chocolate. A los perros, como a muchos humanos,
les encanta el dulce y, por ello, muchas veces podemos sentir la
tentación de premiar a nuestra mascota con una onza de este delicioso
alimento.
Craso error, pues el chocolate contiene teobromina, una
sustancia similar a la cafeína que resulta muy tóxica para los perros.
Su consumo puede provocarles vómitos, diarreas, jadeos, inquietud e
hiperactividad y en los casos más graves un posible paro cardiaco y, por
consiguiente, la muerte.
2. Ajo. El ajo contiene una sustancia llamada
tiosulfato, cuyo consumo excesivo puede provocarles anemia, ya que
destruye sus glóbulos rojos e impide que sus órganos vitales reciban
todo el oxigeno que necesitan.
Además, la aparición de los síntomas de
esta intoxicación (diarrea y vómitos, pérdida de apetito, dificultad
respiratoria o sangre en la orina) no es inmediata.
3. Cebolla. Al igual que el ajo, la cebolla también
es rica en tiosulfato. De hecho, la concentración de esta sustancia es
superior, por lo que debemos mantener a nuestros perros y gatos, que son
aún más sensibles, alejados de este vegetal.
4. Aguacate. Esta fruta, además de poseer un alto
contenido en grasas, contiene una sustancia llamada persin que es
extremadamente tóxico para los animales.
El persin no sólo se encuentra
en la carne del fruto, sino también en la semilla, corteza y hojas de la
planta.
5. Huesos. La alimentación tradicional de los perros
siempre ha estado asociada a los huesos, que suponen un auténtico
manjar para nuestras mascotas.
Sin embargo, no es conveniente abusar de
ellos, ya que pueden provocar graves problemas en su sistema digestivo,
que van desde rotura o desgaste de los dientes o lesiones en la boca
hasta asfixia o hemorragias en el estómago o intestinos.
6. Cerveza. Al igual que le ocurre al ser humano,
los perros son incapaces de metabolizar el alcohol. Sin embargo, al
tener un peso mucho menor, sus efectos se presentan de forma más
acentuada, haciendo que se muestren nerviosos y puedan atacar a alguien o
herirse a sí mismos.
La levadura de cerveza en polvo, en cambio, posee
elevadas cantidades de de vitamina B, que mejora el brillo del pelo y es
beneficiosa para el cerebro.
7. Leche. Tal y como le ocurre a algunos seres
humanos, la mayor parte de los perros sufren intolerancia a la lactosa.
Al carecer de las enzimas necesarias para digerir los productos lácteos,
estos les provocarán vómitos, diarreas y otras molestias
gastrointestinales.
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