Respirar el humo que despide el tráfico de autos puede acelerar la ocurrencia de un infarto, afirman expertos británicos.
El peligro se incrementa durante las seis horas
posteriores a la exposición al humo y después disminuye, dice el estudio
publicado en British Medical Journal (BMJ).
Según los investigadores, más que
ser una causa directa de un infarto, la contaminación vehicular acelera
el riesgo de sufrir ese evento cardíaco.
Pero esto demuestra que la repetida exposición a
los gases tóxicos de los autos es mala para la salud y reduce
sustancialmente la expectativa de vida, agregan.
La recomendación de los expertos sigue siendo la misma: evitar lo más posible la exposición a estos gases.
"Este amplio estudio muestra de forma
concluyente que el riesgo de sufrir un infarto aumenta de forma
temporal, durante unas seis horas, después de respirar niveles altos de
humo del escape de los autos", afirma el profesor Jeremy Pearson,
director médico asociado de la Fundación Británica del Corazón, que
financió el estudio.
"Sabemos que la contaminación puede tener un
grave efecto en la salud del corazón, posiblemente debido a que puede
"espesar" la sangre y elevar las probabilidades de que se forme un
coágulo, incrementando el riesgo de sufrir un infarto".
"Nuestra recomendación a los pacientes sigue
siendo la misma: si usted ha sido diagnosticado con enfermedad del
corazón, trate de evitar pasar largos períodos en el exterior en zonas
donde hay probabilidades de altos niveles de contaminación de tráfico,
como en o cerca de calles transitadas", agrega el experto.
Aceleración
"Este amplio estudio muestra de forma concluyente que el riesgo de sufrir un infarto aumenta de forma temporal, durante unas seis horas, después de respirar niveles altos de humo del escape de los autos"
Prof. Jeremy Pearson
El estudio analizó los registros médicos de casi
80.000 pacientes cardíacos en Inglaterra y Gales y se compararon esos
datos con la información sobre la contaminación ambiental.
Esto permitió a los investigadores calcular los
niveles por hora de contaminación de partículas suspendidas, ozono,
monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre y
compararlo con la aparición de los síntomas de un infarto para observar
si existía un vínculo.
Encontraron que los altos niveles de
contaminación ambiental sí parecían estar vinculados con la aparición de
un infarto durante las seis horas después de la exposición.
Después de este período, dicen los investigadores, el riesgo disminuía nuevamente.
El doctor Krishnan Bhaskaran de la Escuela de
Higiene y Medicina Tropical de Londres, quien dirigió el estudio, afirma
que el hallazgo revela que la contaminación no es un factor
contribuyente importante a un infarto.
Por ejemplo, dice, exponerse a un nivel mediano o bajo de contaminación ambiental eleva el riesgo de un infarto en 5%.
"Lo que hace la contaminación al parecer es
acelerar por algunas horas la aparición del infarto. Es decir, estos
eventos cardíacos probablemente ocurrirían de cualquier forma", señala.
Pero el investigador agrega que estos resultados
no deben restar importancia al hecho de que la exposición crónica a la
contaminación ambiental es peligrosa para la salud.
Tal como expresa el profesor Pearson, "las
dietas insanas, fumar, etc., son factores de riesgo mucho más
importantes para un infarto, pero los gases tóxicos de los autos son 'la
gota que puede derramar el vaso'".
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