En una final jugada al límite y con un tenis
superlativo, Novak Djokovic doblegó el lunes 6-2, 6-4, 6-7 (3), 6-1 al
campeón vigente Rafael Nadal para atrapar su primer título en el Abierto
de Estados Unidos y su tercer trofeo de Grand Slam en la temporada.
La
consagración en Flushing Meadows le pone signos de exclamación a la
sublime temporada del serbio, una de las mejores en la historia del
deporte. Su récord es un increíble 64-2 con 10 títulos.
Esta fue
su sexta victoria en igual número de partidos ante el español este año,
todas en finales. Campeón del Abierto de Australia y Wimbledon, donde
venció a Nadal en la final, Djokovic se convirtió en el sexto hombre en
la historia que conquista tres coronas en las citas grandes en la misma
temporada.
“Este partido va a dejar un gran recuerdo para todos
los aficionados del tenis en los próximos años”, dijo Djokovic, quien
acabó el partido con molestias en la espalda.
Cualquiera que mire
el resultado sin haber visto el partido dirá que fue un duelo apacible
para Djokovic. Pero el marcador miente. De cuatro horas y 10 minutos,
con peloteos interminables y un derroche de intensidad por parte de
ambos, la final en el estadio Arthur Ashe fue épica y algo más.
Los
mejores golpes que asemejaban latigazos. Los ángulos imposibles. La
defensa total. Y lo principal, una mentalidad ganadora. Djokovic estuvo
al tope en todos esos rubros.
Once veces logró el serbio de 24
años romperle el saque a su oponente, un año mayor que él. Se trata de
una cantidad sin antecedentes para Nadal en los 163 partidos de Grand
Slam que ha disputado.
Nadal se puso arriba 2- 0 en los dos
primeros sets, pero Djokovic supo remontar en cada uno. En el primero,
por ejemplo, hilvanó seis games seguidos.
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