Porque no solo a los estadounidenses se les pierden y precipitan naves por estos días,
ahora fue el turno de una nave espacial rusa de carga Progress M-12M,
que tenía como misión llevar hasta la Estación Espacial Internacional (ISS) casi cuatro toneladas de alimentos, combustible, oxígeno y otros víveres… sin éxito.
La nave rusa fue lanzada hoy desde el cosmódromo Baikonur en Kazajistán, pero su cohete sufrió algún tipo de “problema de motor” que no ha sido especificado (se habla de que el tercer y último propulsor se apagó antes de tiempo) y no alcanzó a ingresarlo en la órbita correcta, comenzando caer de vuelta y estrellándose en la provincia de Altái, a unos 1.500 kilómetros al noreste del lugar de lanzamiento). Así se convirtió en el segundo lanzamiento fallido del mes para la Agencia Espacial Federal Rusa (Roskosmos), que tampoco logró poner en la órbita correcta el satélite de comunicaciones Express.
Aún no está claro cómo afectará esto a los tripulantes de la ISS, pero al menos cuentan con alimentación para cerca de un año, luego de ser abastecidos el mes pasado. Y los mismos astronautas corroboran que tienen provisiones almacenadas para varios meses.
Ahora, los rusos deben identificar cuál fue el problema. Los cohetes que se usan para disparar el Progress son muy similares a los que se usan en los Soyuz, de modo que es poco probable que se intente el próximo vuelo tripulado a la ISS como está programado, para el 22 de septiembre, si no se resuelve cuál fue el problema.
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