Autor Fernando Rodríguez Céspedes
El presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, se ha
enfrascado en una campaña internacional de denuncias contra la especulación mundial del petróleo y los productos alimenticios.
Recientemente se quejó de las
desigualdades sociales y lo injusto que resulta la acumulación de grandes
fortunas de parte de unos cuantos en perjuicio de las grandes mayorías y
necesidades de los pobres.
A ambas situaciones les atribuye
ser causas de los conflictos sociales y de manera específica se refirió a los
últimos movimientos de protestas que se escenifican en varios países de Europa y el mundo.
Se ha ofrecido, incluso, para mediar en el eterno conflicto Árabe –Israelí,
lo que no resultaría criticable si en
nuestro país no padeciéramos las
situaciones que a nivel mundial denuncia nuestro presidente.
Por ejemplo, aquí se especula descaradamente, en base a una ley de hidrocarburos
que se viola y se aplica, antojadizamente, por parte del Estado para sacar ventajas
económicas en perjuicio del pueblo.
Igual sucede con los productos alimenticios los que se acaparan y elevan
de precios sin ningún control oficial,
salvo las esporádicas y limitadas acciones de Pro-Consumidor en
favor de los pobres.
En cuanto a la acumulación de grandes fortunas en detrimento de las
clases más necesitadas, aquí la situación se agrava con una clase política cuya voracidad,
corrupción e impunidad están hundiendo el país.
En esto no hay que abundar,
puesto que los escándalos públicos de legisladores y funcionarios están a diario en
los medios de comunicación que asumen con responsabilidad su rol social.
En vez de tratar de resolver los
problemas del mundo, lo que resulta imposible, el Presidente debiera
concentrarse en preparar al país para
enfrentar las consecuencias de los mismos, lo que sí es posible.
Esto conllevaría un plan de austeridad que empiece de arriba hacia
abajo, fortalecer la educación, la
adopción de la Estrategia Nacional de
Desarrollo y la eliminación del dispendio económico populista electorero.
Aterrice, doctor Fernández, que
aunque le quede solo un año en la Presidencia, usted tiene el talento y la
capacidad suficientes para dejar el país orientado hacia el verdadero desarrollo, la equidad y la justicia social.
¡Y el pueblo y las generaciones futuras, por siempre se lo agradecerán!
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