Manifestantes furiosos se reunieron en la plaza
Tahrir de El Cairo, tan solo horas después de que el expresidente Hosni
Mubarak fuese condenado a cadena perpetua por su participación en el
asesinato de manifestantes en 2011.
Pero la razón de las protestas -que también se
llevaron a cabo en ciudades como Alejandría y Suez- no es solo pedir una
condena más severa para el exlíder. La multitud también dice estar
molesta por la absolución de los funcionarios de seguridad que se
encontraban en el juicio junto a Mubarak.
En total, cuatro funcionarios del
Ministerio del Interior y dos jefes de seguridad locales fueron
absueltos de complicidad en los asesinatos de los manifestantes.
Corresponsales aseguran que el veredicto, que
estaba destinado a cerrar viejas heridas en el país, ahora está en
peligro de volver a abrirlas.
Decenas de manifestantes también irrumpieron en
la sede de campaña del candidato presidencial, Ahmed Shafiq -quien fue
el último primer ministro de Mubarak- en el sur de El Cairo, según lo
informó la prensa egipcia.
"El veredicto se burla de nosotros"
Veredictos y sentencias
- Hosni Mubarak: culpable de conspirar en el asesinato de manifestantes. Cadena perpetua, inocente de corrupción.
- Alaa y Gamal Mubarak: inocentes de corrupción.
- Habib al-Adly, exministro del Interior: culpable de conspirar en el asesinato de manifestantes. Cadena perpetua.
- Cuatro altos funcionarios del Ministerio del Interior (Abd El Rahman, Adli Fayed, Ahmed Ramzy, Ismail al-Shaer): inocentes de los cargos de complicidad, instigación y prestación de asistencia en el asesinato e intento de asesinato de manifestantes.
- Hussein Salem, empresario magnate: inocente de corrupción.
- Dos directores de la seguridad metropolitana de El Cairo (Osama al-Marassy y Faramawy Omar): inocentes de daños causados a la propiedad y la economía egipcia.
Algunos manifestantes en la plaza Tahrir, el
punto focal de la insurrección del año pasado, afirmaron estar decididos
a continuar con las protestas.
A ellos se han unido figuras públicas
prominentes y aficionados al fútbol conocidos como "ultras", que han
participado en una serie de confrontaciones políticas.
El lema de la revuelta del año pasado ("¡Abajo
el gobierno militar") volvió a cantarse en la plaza, mientras otros
condenaban el veredicto a gritos.
La periodista de la BBC, Yolande Knell, explicó
desde la plaza que existe una profunda ira por las sentencias
absolutorias de los funcionarios, que muchos toman como una señal de que
ha habido pocas reformas.
"El veredicto se burla de nosotros. Tanto
Mubarak como (el exministro del Interior Habib) Adly recibieron
sentencias de cadena perpetua, mientras que sus ayudantes salieron
ilesos", señaló el manifestante Sharif Ali a la BBC. "Y sabemos que
cuando ambos regresen a la corte de apelación, serán liberados también".
Pero, según la corresponsal, otros han salido a la calles deprimidos por la situación política actual.
La primera ronda de las recientes elecciones
presidenciales ha dejado a los egipcios con dos opciones: un candidato
islamista (Mohamed Mursi) y un exprimer ministro de la era Mubarak
(Ahmed Shafiq).
Peleas en los tribunales
El expresidente de 84 años de edad, es el primer
exlíder en ser juzgado en persona desde el inicio de la primavera árabe
a principios de 2011.
Al anunciar el veredicto, el juez Ahmed Refaat,
dijo que Mubarak y el ex ministro del Interior, Habib al-Adly, habían
fallado en impedir que las fuerzas de seguridad utilizara la fuerza
letal contra los manifestantes desarmados. Ambos fueron condenados a
cadena perpetua.
Refaat insistió en que el juicio -de 10 meses de duración- había sido justo.
También dijo que la era Mubarak había
significado "30 años de oscuridad", y elogió a "los hijos de la nación
que se levantaron pacíficamente por la libertad y la justicia".
Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal, fueron
absueltos de otros cargos de corrupción. Sus hijos permanecerán en
prisión hasta que sean juzgados por la manipulación del mercado de
valores.
Después del veredicto, estallaron
enfrentamientos en los tribunales. Afuera, la sentencia fue recibida con
celebraciones, pero tan pronto se propagó la noticia de las
absoluciones, creció la ira.
La televisión estatal informó que mientras era
trasladado a la cárcel, Mubarak se negó a abandonar el helicóptero y
luego sufrió una recaída de salud. Según informes, ha sido admitido en
el hospital de la prisión.
Mubarak, quien gobernó el país desde 1981 hasta
2011, se había enfrentado a una posible sentencia de muerte por el
asesinato de cerca de 850 manifestantes.
El primer líder derrocado durante la primavera
árabe fue Zine al Abidine Ben Ali de Túnez, que fue declarado culpable
en ausencia por cargos de drogas y porte de armas en julio.
El líder libio, Muamar Gadafi, fue asesinado por
los rebeldes el pasado mes de octubre, mientras que Ali Abdullah Saleh
de Yemen recibió inmunidad después de entregar el poder en noviembre.
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