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lunes, 4 de junio de 2012

El Zorro pierde el pelo, nunca las mañas‏

Escrito por el Pastor Antonio Regalado

Debemos cuidarnos de las apariencias, son muy dañinas, cuídate de ellas, un decir popular expresa  “Las apariencias engañan, el Zorro pierde el pelo, nunca las mañas”. "Caras vemos, corazones no sabemos" reza otro.
 
La historia del engaño es tan vieja como la existencia misma, conocida es la de la serpiente antigua en edén, la que inauguró el origen de la podedrumbe y miserias humanas que tantos dolores de cabezas nos han causado.
 
Si enfocamos el tema en el terreno político, uff, que desorden, que basurero, que vergüenza, que asco, que falta de aseo, el clientelismo por donde quiera que lo toque vota pus, todo gira guardando la diferencia en torno al engaño, ¡ay mi madre qué lodazal!!!
 
Hay quienes por fuera se miran bien, pero por dentro son como los sepulcros blanqueados, están corrompidos, llenos de veneno, envidia, odio, enojo, murmuraciones, y lo peor de todo es, que te abrazan y te brindan sonrisas, y por detrás te hieren y golpean.
 
En estos días postreros el engaño y la simulación transitan con travesuras alrededor de los altares. “Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos se apartaránde la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” 1 Timoteo 4:1
 
Hubo un tiempo en el que Dios levantó al profeta Miqueas para decirle al pueblo “No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca”. Miqueas 7:5. Biblia-Reina Valera 1960.
 
Traducción en lenguaje actual {TLA} dice: “Por eso, no confíen en nadie ni crean en lo que otros les digan. Tengan cuidado de lo que hablan”,
 
No tengo la menor duda de que falsos maestros proclamarán doctrinas y caminos vergonzosos con la finalidad de apartar a la gente de la verdad, esas son sus metas.
 
Frente a esta realidad el objetivo del pueblo de Dios, está definido: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:14
 
Shalom, Sea la paz.
 

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