Por Ramón Sánchez
Después del deceso de Freddy Beras, he mucho lo que se ha hablado de su grandeza, pero todos nos hemos equivocados, hasta el presidente lo hizo, porque Freddy no era grande na, Freddy era inmenso, un gigante en todo lo que se propuso, un hombre insobornable, un hombre que se destacó sobremanera por su desprendimiento para ayudar a los demás, un hombre que sufría en carne viva cuando no encontraba la vía para resolverle tal o cual problema a la madre de un niño que padecía de encefalitis o cualquier otra enfermedad, un hombre que lloraba junto a una mujer empobrecida que no tenia para darle de comer a sus retoños.
Pero cuando Freddy se volvió un gigante fue cuando tuvo que demostrar el tamaño de su estura, y lo hizo arriesgando el pellejo en las calles de Santo Domingo en un abril mañanero aquel sábado 24 del año sesenta y cinco. Todavía lo recuerdo con una cartuchera llena de balas terciada en medio de su pecho.
Pero no solo en esa oportunidad Freddy demostró que era un hombre de coraje, también lo hizo cuando denunciaba a los narcotraficantes y a los corruptos sin importar en que esfera del poder estuvieran enquistado.
Aparte de eso Freddy Beras Goico, humilde, era un ángel, aunque enérgico, un hombre que creció según dijo bajo los principios de la crianza de una madre campesina, una mujer que dejaba caer una saliva en el piso para pedir que había que ir huyendo a la pulpería, con esos mismo principio crió a sus muchachos, le enseñó que hay que ganarse el pan de cada día, que el trabajo es duro, pero hay que trabajar, y sobretodo, le enseño a ser honrado cosa que en estos tiempos ya casi no se usa.
Freddy era la voz de los que no tienen voz, la voz de los desamparados, de los hijos de machepa, un hombre que desafiaba a cualquiera, aunque en fondo era un hombre grande con el alma de un niño, por eso y por muchas cosas que tenia este hijo de campesinos Seibano es que digo que el no era grande na, Freddy Beras era más que eso, Freddy era inmenso, ojala sepamos aprovechar su paso por esta tierra bendita. Paz a los resto de este gigante.
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