Mi querido hijo Miguel: Viviré este día como si fuese el último de mi existencia. Hoy acariciaré a mis hijos mientras son niños aún; mañana se habrán ido, y yo también. Hoy abrazaré a mi mujer dulcemente y la besaré; mañana ya no estará, ni yo tampoco.
Hoy le prestaré ayuda al amigo necesitado, mañana ya no clamará pidiendo ayuda, ni tampoco yo podré oir su clamor. Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo; mañana no tendré nada que dar, y no habrá nada que recibir. Viviré este día como si fuese el último de mi existencia. Y si no lo es, daré gracias a Dios...Abrazos
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