Por Lincoln López
Dos Naciones diferentes y similares. Los nacionales de uno y otro tienen un sistema educativo que es parte integrante de sus respectivas Constituciones, que por lo menos asegura el derecho de los ciudadanos de ambos países “a la educación obligatoria en el ciclo de la enseñanza primaria”.
El ciclo de la enseñanza primaria en una es de seis años y en otra de ocho años. En cambio, el nivel de la enseñanza media en el primero tiene una duración de seis años, divididos en dos periodos: uno de cuatro y de dos años, en la comparativa, solamente tiene una duración de cuatro años. En la cantidad de tiempo de ambos, están empatados.
En el campo de la educación superior hay cierta similitud: entre cuatro y siete años.
Hasta aquí los programas y formatos son muy parecidos. Hasta vivimos en dos islas, una con 36 mil Km2., y la otra, con 48 mil y pico de Km2. Resaltemos algunas diferencias, excluyendo las que versan sobre razas y potencialidades humanas:
Allá conviven 23 millones de almas, y en esta, más o menos, 10 millones. Para aquella población cuentan con 162 instituciones de educación superior, aquí, proporcionalmente tendríamos como 90 en vez de las 45 (aprox.) actuales. Allá existen 1 millón 300 mil estudiantes en ese nivel superior, aquí deberíamos tener 600,000, pero que va, menos de 300,000. Esto es, sin contar con la deserción que aquí es muy alta. En la primera, una joven le dedica en promedio, doce horas diarias de estudio, en la segunda, la mitad es mucha. Es decir, las horas de estudios difieren notablemente de uno a otro.
Un artículo publicado por Bethania Apolinar en el Listín Diario (17-11-10), nos dice que “De acuerdo con la Ley de Educación, ningún padre puede retener un hijo en la casa en tiempo de escuela, so pena de que pueda ir preso”. Mejor no comparar.
En ese mismo orden, el índice de analfabetismo en una es de 2%, y en ésta, incluyendo los funcionales, pasan del 20%. Naturalmente, otra diferencia significativa es que allá el porcentaje destinado a la educación por el gobierno hace tiempo y por mucho pasó de dos dígitos, acá anda en uno, rasando por debajo del 2%. Por eso nadie debe sorprenderse de la próspera industria editorial (libros) con la publicación de 40 mil títulos nuevos cada año, y aquí, ¿habremos publicado esa cifra en 40, 80 ó 100 años?
Con los niveles educativos citados es comprensible que en mayo del 2009 su “perfil de medios de comunicación” presentes en el renglón periódicos alcancen una cantidad de 2,039 y 5,883 revistas. Como la diferencia persiste entre ambos en educación, asignamos arbitrariamente al segundo país 239 periódicos y 588 revistas en “cuchumil” años.
Aquel hace cumplir los objetivos de Nacionalismo, Democracia y Desarrollo, el otro lo objeta y lo irrespeta.
Entonces, la diferencia es la voluntad firme de que el camino para el desarrollo tiene como base la educación.
Valga esta pequeña muestra entre Taiwán y República Dominicana.
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