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lunes, 3 de enero de 2011

CHERCHA, MENTIRA Y TRAGEDIA


 
Por José Checo Estévez
El autor es analista de televisión.
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 Para el ciudadano preocupado por los acontecimientos económicos, sociales y políticos del país, constituye un verdadero dolor de cabeza el  mantenerse al tanto de los debates, opiniones, noticias, discursos y comentarios de nuestros actores políticos, líderes empresariales y grupos representantes de los sectores sociales. Leer los periódicos, ver la televisión, escuchar la radio, o accesar al Internet, con el fin de informarse adecuadamente, es una tarea prácticamente imposible por el cúmulo fantástico de informaciones que circulan diariamente de manera alucinante.

Si usted es periodista, o sea, alguien que se supone maneja informaciones de manera profesional, ciñéndose en los hechos concretos, no basado en los rumores, especulaciones descabelladas,  ni en las  conjeturas ordinarias de la gente; aplicando la ética y el buen juicio a la hora de informar o de analizar cuestiones trascendentales, entonces, ahí es que la pintura es dura. En esa circunstancia es que la puerca retuerce el rabo, por la gran  madeja de intereses  que gravitan en los aspectos relevantes de nuestra sociedad.  Es obvio que nos encontramos en medio de una guerra de informaciones, en la cual se dispara primero y se pregunta después.

 Hacerse una idea realista sobre un tema en particular,  es verdaderamente difícil por la variedad de opiniones  que genera el mismo. En la república dominicana ha surgido una nueva casta: La de los todologos. Gente que sabe de  energía cuántica, de astronomía, literatura, historia, geografía,  política, arte, deportes, teología, filosofía,  y, si usted los presiona  un poquito,  son tan competentes, que hasta le hacen un enjundioso compendio sobre la  magia negra.  Así son de versátiles,  creativos y agresivos,  nuestros analistas y politólogos dominicanos.

Nunca antes nuestro país disfrutó de tantos cerebros tan lúcidos e  iluminados como en este momento. Tomemos como ejemplo los interactivos que participan en los programas de radio y televisión. Muchos de ellos son interesantes porque hablan con datos y autoridad sobre  temas que dominan.  Pero en su gran mayoría son papagayos pagados por los partidos, gente estridente, que viven siquitrillando reputaciones y desarrollando teorías baratas, perogrulladas que usted encuentra en un manual sobre escatología.

Estos genios son capaces de descifrar el enigma inconcluso   de la primacía entre el huevo y la gallina. Lo peor de todo es que esta claque,  no docta, y profundamente fanatizada,  que vive soltando sandeces y desatinos, es aupada y en ocasiones  avalada por figuras autorizadas de la comunicación, tan solo porque conviene a los intereses que representan en ese momento esos comunicadores .  No siempre la voz del pueblo,  es la voz de Dios. Jehová,  es una entidad espiritual justa, que no defiende causas innobles, y que a pesar de todos los pesares, dice siempre la verdad. La expresión,   ¨Y el verbo se hizo carne…debería ponernos a pensar cual debe ser el ejercicio o y la función de la palabra. No podemos decir lo primero que llega a nuestro cerebro sin ponderarlo previamente. Eso no es inteligente.

Aquí se induce a la gente a pensar y a actuar en función de la conveniencia de  grupos fácticos. Alguno comentará: ..Como en todas partes. Y yo respondo: .. Si, pero no de manera tan burda y soez. Los dogmas,  si no responden a las nuevas corrientes del saber humano, son trabas muy dañinas que perjudican el desarrollo humano y llevan a los pueblos a grandes tragedias sociales. Qué pasó en los Balcanes, qué ha pasado en Haití, qué nos está pasando a nosotros en el aspecto de la seguridad ciudadana..? Es necesario responder a esa interrogantes…creo que no.
 
Definitivamente, no podemos seguir así, el país anda mal. El barullo es enorme. Altisonante, ensordecedor. Estamos levantando monumentos a la alcahuetería y a la chismografía barata. Y, lamentablemente,  a nadie parece importarle el curso que llevamos. Pareciera como si se hubiese  abierto la famosa Caja de Pandora. Como si en un  diálogo de sordos, a cada cual sólo le interesara hablar y no recibir el mensaje de su interlocutor.

 Es, como cuenta el pasaje bíblico de la Torre de Babel, donde, por mandato divino, los hombres de ese tiempo, no podían comunicarse entre sí, porque hablaban distintos dialectos. Tanto que se habla de educación en esta parte del mundo, pero todos aspiran a enseñar, nadie quiere hacer el papel de alumno. Con tanta arrogancia intelectual suelta, no es extraño que haya tantas divisiones en los partidos, en la iglesia, en los empresarios, en los grupos sociales reinvidicativos, y hasta en los que propugnan por la unidad de los dominicanos.

Hay una industria de la comunicación en nuestro país que se mueve según la corriente de los vientos. Generalmente, esta gente se atrinchera en grupos de opinión y golpea de manera contundentes a los sectores que adversan, casi siempre por cuestiones de poder. Para ello cuentan con  la complicidad de los partidos, corporaciones económicas, sindicatos, federaciones y hasta el movimiento popular entra en ese juego, cuando le conviene. De por medio está supuestamente los intereses del pueblo, pero esta es una pantalla, lo que importa  verdaderamente es el palo periodístico, la algarabía, el prestigio de ver su nombre en boca de funcionarios atemorizados por una denuncia.

Es por ello que vemos que en el año discurren temas que son explotados por una o dos semanas. Un mes, dos meses y hasta más. Todo depende de la resonancia en el pueblo. De la reacción de los que son afectados. Si hay una respuesta efectiva, que  satisface al denunciante, entonces baja la tensión de la campaña. Pero si el propósito es el chantaje, y tenemos dentro de la comunicación muy buenos y connotados especialistas en la materia, entonces, si el monto no cubre las aspiraciones de los apandillados, y maledicientes, el tema pica y se extiende.

Veamos algunos ejemplos prácticos: La Sund Land fue objeto de mil y una interrogantes. Incluso, obligaron al presidente a presidir un almuerzo con directores de medios, dando las explicaciones de lugar. A pesar de las aseveraciones del presidente, algunos se dieron a la tarea de cuestionarlo.  Todavía hay quienes, por falta de retórica e inteligencia, acude al estribillo para salir del apuro de la falta de oxigeno en el cerebro. Otro tema: La Barrick Gold. Madre mía, cuantas cosas han dicho de esta minera. Yo creo que sí, que provoca daños al medio ambiente, pero nunca han querido explicar que se trata de una negociación legal. Que este negocio generará más de cuatro mil millones de dólares a la nación.

Pero bueno… no voy a seguir argumentando ni a favor ni en contra de los temas, me limitaré a enumerarlos para la ilustración de los lectores. La construcción de la  cementera del  Grupo Estrella en la cercanía de los Haitises. La Reforma de la Constitución. El Desfogue de la Presa de Taveras. El Narcotráfico.    El tema de la corrupción administrativa. El caso Figueroa Agosto. El show de Sobeyda Félix. El Metro. La Gripe Aviar. Los Apagones. La Reelección.  El Cólera. El 4% para Educación. La Inseguridad Ciudadana.

 En fin, que el dominicano no tiene tranquilidad, ni sosiego, este run run mediático, nos acompaña siempre, siempre. Pero quiero aclarar, no es que me moleste, lo que no soporto es la falsa pose de algunas figuras que están pintándose de prohombres, de ilustres y en realidad son unos redomados hipócritas. Llamo a la reflexión a todo aquel que tome un micrófono en sus manos, a todos aquellos que pueden publicar notas y escritos en los periódicos…debemos levarles la verdad a las masas.

 Sin cortapisas, ni maquillajes, ni obscuros propósitos. Si  nos respetamos como profesionales, debemos cumplir con ese deber de informar  de manera seria,  transparente y honorable. Si hay la necesidad de disentir, hagámoslo con mesura y cortesía. Lo cortés no quita lo valiente. Mostremos al mundo que nos vamos superando. Una forma de exhibir desarrollo,  es siendo elegantes ante los puntos de vista opuestos. Admiro la vieja flema de los ingleses, ante las provocaciones de bribones y alcahuetes. Creo que Sir Sherlock Holmes podría  si quisiera descubrir donde radica el mal de nuestros medios de opinión. ¨ Por Supuesto mí Querido Watson, por supuesto…

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