Por José Checo Estévez
El autor es analista de televisión.
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Hasta ahora, la democracia
participativa es el modelo de gobierno que garantiza mayor bienestar, seguridad
y libertad para el hombre o la mujer que tienen un rol simple en la sociedad.
Ha sido el sistema más idóneo, para
vivir en un clima de convivencia
pacifica y desarrollo integral.
Pero cuando la democracia es débil, inefectiva,
no inclusiva, al ciudadano le queda la secreta impresión de que lo único que le
garantiza el sistema, es el derecho a opinar, a emborracharse con ron malo y
hablar plepa. A fantasear con el ombligo afuera y voz chillona, haciendo el
triste papel de súper héroe, auque sea el chaparrito torpe y tonto, conocido
como el Chapulín Colorado.
Permíteme tutearte un momento amigo
lector, sólo un momento…
Dentro de ese contexto, tus opciones se
corresponden con la de cualquier bovino cuadrúpedo: podrás siempre comer tu
chambre de habichuelas negras, respirar el aire contaminado de los retretes
aledaños y cuando te embriagues, podrás defecar en el patio de tu vecino, tener sexo mecánico con
una puta cualquiera que tenga necesidad de quinientos pesos. Si eres mujer,
podrás comprar un celular Alcatel con
una tarjeta de doscientos pesos incluida, y chismear a dos manos; ver los
novelas colombianas y venezolanas-generalmente malísimas- y, en algunos casos,
irte a jugar Bingo a un sitio de mala
muerte, con una yaroa en el estomago. Hasta ahí llegan tus fronteras y
posibilidades.
Ah, bueno si, quedan algunas otras
cosas, como ver los clavos de
Rambo por la televisión, donde él y sólo él, tumba de una pedrada tres
helicópteros de los comunistas. También puedes
escuchar la Tremenda Corte ,
con
Tres Patines y reír como un cándido sus chistes pícaros y anacrónicos; leer las páginas deportivas, agachado sobre el
inodoro de tu casa, con el periódico que te llevaste del trabajo; Tienes
derecho a eructar como un hipopótamo soñoliento, después de ajustarte entre
pecho y espaldas cinco trozos de plátanos verdes y cuatro ruedas de salami. Te
tomas dos vasos de agua fría, haces pipi y te acuestas. A roncar como un oso
polar.
Esa noche, cuando te duermas, nadie te
despintará la horrible pesadilla del toro que te persigue furioso, en medio de un descampado y tú por correr y los pies no te
responden… qué vaina, eh?
Después de eso, al otro día, se
repite el mismo círculo mediocre de
siempre: el dominó en la calle, la bachata alta en garganta de un boca de
perro, o el rapero loco, que con todo desparpajo del mundo, insta a los jóvenes a consumir a blanca. Pero
esa vida no es tan mala, porque las cervezas
frías son a tres por cien; siempre podrás jugar el fracatán y la
tripleta, que nunca salen; la jerga del barrio,
con su chercha rastrera y donde nunca faltan las palabrotas y las
bromas brutales, del tipo que usa las
clinejas enredadas en la cabeza. ¨Mira mi Swing…Mira mi pinta¨. Pocos dicen: ¨Primo, no cuente conmigo, lo mío
es la pelota¨.
Y claro, consustancial con ese ambiente, el riesgo del conflicto con armas
blancas; la balacera inesperada, el palo a traición, el ácido del diablo, rociado
en la cara con odio infinito; o la
piedra meteórica que destroza sesos, que lanzó imperturbable el demente, el
cual despertó nervioso por el escándalo de las bocinas del colmadón. Ese es sólo un panorama estrecho de todo lo
que te puede pasar en el barrio, o en el campito rural, porque
ya la parranda, el bonche se vive donde quiera.
Ese es tu habitat natural, tu entorno
romántico y querido, el que te ha impuesto la sociedad y tu Dios,…Bien,...Bien…Muy
bien…mantente así sereno, estoico, acomodado en tu molde de helado cuadrado,
sigues durmiendo tu sueño de bello durmiente… buen pendejo..! Pero… ¿y el futuro tuyo y el de tus hijos? ¿Podrán ustedes subirse alguna vez a un
crucero de placer, a un viaje por Europa, o estudiar astrofísica en la NASA ? Con el debido respeto que me merece el
talento ajeno, creo que más fácil viajo yo a Ganímedes, esa galaxia lejana distante a
millones de años luz de nosotros, que tú a realizar el objetivo de salir de tu marasmo y atraso
social.
Claro está, si te mantienes estático y
haciendo lo que haces hasta ahora, vivir
la vida atado a una rutina, sin contraer compromisos, ni plantearte metas
inmediatas y de largo plazo.....dejando
pasar el tiempo. Medrando en una existencia
conformista donde el lema es: Dios proveerá nuestro sustento…y el de nuestros
hijos,…dice el coro.
Hasta aquí mi confianza contigo,
vuelvo al análisis profesional y conceptuoso.
Un ciudadano así, no puede ser competitivo en una era que demanda en grado
superlativo el conocimiento. Un modelo
de ese tipo, se corresponde con los países tercermundistas, donde grandes masas poblacionales no viven,
subsisten. Su filosofía de vida es respirar, dependiendo de un suero lento. Son el ganado bovino. Borregos alienados y
amaestrados para responder de inmediato al gong de la campana cuando van a ser
alimentados de manera esencial, o cuando se necesita que vayan a las urnas.
Generalmente después de sufragio, los
votantes salen trasquilados e inician de inmediato el periplo hacia el punto de
retorno: El trapiche, si, figurémonos un trapiche, allí se enganchan los
perdedores, los mediocres y los pusilámines que no poseen temple para luchar;
son hombres que actúan como mulas sumisas, listos para iniciar la
molienda de nuevo. Pueblos alienados, alineados a un orden que no les
garantiza vidas dignas.
Pero cuando
ese proceso se agota totalmente, porque,
el modelo económico que lo sustenta entró en etapa de desfase, o lo atrofian
los políticos con sus malas praxis, actitudes deshonestas, y cinismo rampante,
entonces caemos en esta trampa contemporánea donde nos encontramos, donde nadie
confía en el otro y nos espantamos hasta de nuestra propia sombra. No es para
menos, porque el estado de violencia y corrupción que nos arropa, donde la
droga y el sicariato son preponderantes, no deja espacio para la tranquilidad y
el sosiego.
Hemos perdido el derecho a la seguridad. Y eso
es terrible. Cuando un padre se come una pizza, un helado o compra un refresco
en un restaurante de nuestras ciudades, debe, mantenerse vigilante, no
vaya suceder, que una fiera humana,
drogada, ataque a su familia, buscando
el dinero del vicio. Igual sucede con el cervatillo en el Serengeti de África,
los depredadores atacan a las presas más débiles. Allí es la lucha por la
sobrevivencia. Y aquí en nuestra nación, es casi lo mismo, porque tenemos tantos casos de asesinos seriales,
gente que guardando prisión, las sacan
los mafiosos, para que ejecuten trabajos especiales.
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