Por Lincoln López
Es un libro del Dr. Marcos Villamán, compuesto de 77 reflexiones publicadas en diarios nacionales y en diferentes momentos, están organizadas a lo largo de 4 capítulos, subtitulados de la siguiente manera:
La construcción de la democracia, La lucha contra la pobreza, Educación, sociedad civil y fe cristiana y De la lucha contra la pobreza a los derechos ciudadanos.
Marcos Villamán Pérez es un santiaguero que estudió sociología y ciencias sociales en universidades mexicanas de las que se recibió como doctor. Catedrático de INTEC y Ministro-Director de Conare. Ha publicado “El Evangelio de Lucas”, “Poder y mesianismo en el evangelio de Marcos”, ‘En solidaridad con la vida”…ha trabajado por largo tiempo junto a los sectores populares de la ciudad de Santo Domingo.
En su libro plantea la diversidad de problemas que “venimos arrastrando como una bola de nieve, recibiendo los mismos un nombre común: crisis”.
Para la construcción de la democracia, la crisis viene desde el descubrimiento pasando por la Independencia y la Restauración, intervenciones y el desfile desorganizado de decenas de gobernantes, que en su gran mayoría no han cumplido con el rol para el cual fueron elegidos.
En cuanto a la lucha contra la pobreza, el Dr. Villamán nos habla de una pobreza peor que la material, que él llama externalidad, pesimismo y autoestima. Es decir, a la tendencia que tenemos esperando la solución de los problemas históricos a través de la irrupción de una fuerza externa, Dios, gobierno, suerte…
“Es una manera de decir que la forma como hasta ahora hacemos las cosas no parece funcionar con la eficacia que se requiere para enfrentar con éxito los problemas que se denuncian, y en consecuencia, invitar a ver y repensar esos problemas con nuevas miradas y renovada imaginación”.
Apunta el ex-presidente de la comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Barrial que debemos “pasar de una planificación económica alejada de la ética y la cultura de la solidaridad, a una que se atreva a colocar la solidaridad y el derecho a la vida de todos y todas como centro y norte de la planificación económica.”
Es decir, que el ser humano sea el centro del propósito económico. Concepto humanista que compartimos totalmente.
Considera el autor que “La crisis de la educación va de la mano con la sociedad civil y la fe cristiana. El cristianismo debe estar orientado por la sabiduría, y esta, no excluye al conocimiento, por el contrario, lo incluye, y lo utiliza colmo instrumento valioso para hacer la voluntad de Dios en el mundo”.
Para superar nuestras deficiencias debemos ir más allá de las recetas dadas en interminables y costosos seminarios, generalmente con doctos extranjeros. Debemos ir más allá de nuestro esfuerzo social actual.
Es una obra que recomendamos leer porque sus reflexiones no están aisladas, sino que emanan del contacto con la realidad misma, vivida y sufrida, amén de que está avalada por una sólida formación académica y cristiana.
Es un honor haber presentado esta edición.
culturaviva16r@hotmail.com
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