El Sínodo General de la Iglesia Anglicana votó a favor de igualar el estatus de hombres y mujeres obispos, un paso más hacia la consagración episcopal femenina.
La decisión del sínodo deberá pasar ahora por las diócesis de Inglaterra.
Esta decisión podría ocasionar un cisma, según los observadores, y la deserción de parte del sector conservador hacia el catolicismo.
Tras dos días de debate en York, en norte de Inglaterra, y pese a la oposición de los tradicionalistas, la asamblea nacional de los obispos anglicanos votó a favor de igualar a hombres y mujeres en las posibilidades de acceder al obispado, cuestión que arrastra más de tres décadas de debate en el anglicanismo.
La norma será sometida ahora a los sínodos diocesanos ingleses antes de que regrese al Sínodo General en 2012.
Luego tendrá que pasar por el Parlamento británico. La Cámara de los Comunes tiene que dar el visto bueno, pero no puede introducir enmiendas ya que, desde 1919, la Iglesia Anglicana tiene competencia legislativa sobre sus asuntos internos.
Tras la sanción por parte del soberano británico, quien es el Gobernador Supremo de la Iglesia Anglicana, la primera "obispa" podría estar consagrada para 2014.
Peligro de cisma
La confesión, que cuenta con 77 millones de fieles en todo el mundo, se enfrenta ahora al serio riesgo de que se escindan sus ramas más conservadoras, parte de las cuales podrían terminar convirtiéndose al catolicismo.
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, apoya el obispado femenino.
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, líder espiritual de la iglesia y quien apoya el obispado femenino, reconoció que "mantenerse juntos es desesperadamente difícil".
El obispo de Fulham, John Broadhurst, ironizó con que la respuesta del sector tradicionalista pueda ser "nmoverse con rapidez hacia Roma".
Broadhurst aludía así a un ofrecimiento que hizo en octubre pasado el papa Benedicto XVI para facilitar que los anglicanos se conviertan al catolicismo manteniendo sus tradiciones y liturgia.
Negociaciones
Tradicionalistas anglicanos habían pedido una serie de salvaguardas, como nuevas diócesis exclusivamente masculinas o la creación de una clase especial de obispos.
Esos sectores se oponen al obispado femenino alegando razones como que ninguno de los apóstoles de Jesucristo fue mujer.
En medio de las negociaciones, fue rechazada una moción de compromiso del arzobispo Williams para que se creara un sistema por el que obispos masculinos se ocuparan de los clérigos opuestos a la ordenación de mujeres.
Los sectores liberales habían rechazado esa alternativa por considerar que menoscabaría la autoridad de las mujeres que se hicieran cargo de una diócesis.
Según explica el corresponsal de la BBC para asuntos religiosos, Robert Pigott, las futuras "obispas" sí que tendrán que observar un código de conducta particular a la hora de relacionarse con los tradicionalistas en sus diócesis.
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