Los líderes y ministros de Exteriores presentes en
la cumbre del G20 en San Petersburgo intensificaron hoy sus contactos,
el último día de la reunión, en un intento de evitar un ataque militar
contra Siria liderado por EEUU de imprevisibles consecuencias.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov,
cuyo país es el principal aliado del régimen de Bachar Al Asad y se
opone frontalmente a una intervención, emprendió esta mañana una ronda
de encuentros bilaterales con sus colegas de China, Canadá, Francia y Turquía.
Después invitará a un almuerzo a los responsables
de Exteriores al que asistirán también el secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon, y su representante especial para el conflicto sirio, Lajdar
Brahimi.
El jefe de la ONU reiteró esta mañana a los
mandatarios su advertencia de que una acción armada contra Siria sólo
agravará la situación humanitaria en ese país, y les instó a llegar a un
acuerdo para convocar cuanto antes una conferencia de paz en Ginebra.
Para recabar respaldo a esta iniciativa, Ban se
reunió hoy con la canciller alemana, Angela Merkel, con la que trató
"acerca del conflicto en Siria, el agravamiento de la crisis humanitaria
y la investigación sobre el empleo de armas químicas", según informó un
portavoz de la ONU.
También mantuvo otra reunión bilateral centrada en
Siria con el presidente de Francia, Francois Hollande, a la que
asistieron Brahimi, y el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius.
Francia es actualmente el único país europeo
dispuesto a participar en una intervención militar contra Siria, si el
Congreso de EEUU autoriza al presidente Barack Obama a lanzarla, aún sin
el aval de la ONU.
Según el portavoz de Ban, el secretario general
"informó a Hollande acerca de la investigación llevada a cabo sobre el
terreno por inspectores de la ONU" sobre lo sucedido el pasado 21 de
agosto, cuando supuestamente las tropas sirias emplearon armas químicas
matando a más de 1.400 personas cerca de Damasco.
En su actividad frenética para tratar de
privilegiar la vía del arreglo político, el secretario general de la ONU
se reunió también hoy con el primer ministro turco, Recep Tayyip
Erdogan, que como Hollande es uno de los líderes más inclinados a actuar
contra Al Asad.
Aunque la crisis siria estaba oficialmente fuera
de la agenda de la cumbre, el asunto se coló definitivamente en los
trabajos, y anoche los mandatarios discutieron sobre ello en la cena que
tuvieron juntos.
El ágape sólo confirmó las divergencias existentes
sobre Siria y las "fuerzas estuvieron dividas casi a partes iguales",
según informó hoy el portavoz el Kremlin, Dmitri Peskov.
"Una serie de países defendió el punto de vista de
adoptar medidas apresuradas (contra Siria), sin tener en cuenta a los
organismos internacionales", dijo Peskov.
Agregó que "otra serie de Estados llamó a no
devaluar el derecho internacional y a no olvidar que solo el Consejo de
Seguridad de la ONU tiene derecho a adoptar la decisión de emplear la
fuerza militar".
Aunque el primer ministro británico, David Cameron
-aliado de Obama pero atado de pies y manos para sumarse a una
intervención en Siria por el rechazo de su parlamento- aseguró ayer que
tienen nuevas pruebas de que Asad empleó gas sarín.
El presidente de EEUU tenía hoy previstas sendas
reuniones bilaterales en San Petersburgo, con su colega chino, Xi
Jinping, opuesto como Rusia a una acción militar contra Siria sin el
aval del Consejo de Seguridad de la ONU, y con el francés Hollande. EFE
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