La relación de Obama con su homólogo ruso,
Vladímir Putin, está en uno de sus momentos más bajos por el asilo
temporal concedido por Moscú a Edward Snowden, quien sacó a la luz los
programas de espionaje masivo del Gobierno estadounidense, pero su
decisión de atacar Siria augura un mayor deterioro.
El sábado, antes de que Obama anunciara su
decisión de intervenir militarmente en Siria -aunque primero buscará la
autorización del Congreso- Putin le pidió que como premio Nobel de la
Paz piense en las "futuras víctimas" antes de emplear la fuerza.
"¿Acaso reforzará así el prestigio internacional
de Estados Unidos? Lo dudo (...) Algo hay que hacer, es obvio", pero
precipitarse y atacar "puede derivar en consecuencias absolutamente
opuestas a las que se esperan", alertó Putin.
La gira del mandatario estadounidense, que incluye
una visita a Suecia el miércoles y jueves, "no es tanto una visita a
Rusia como un viaje para el encuentro del G20, del cual Rusia es
anfitrión", indicaron altos funcionarios de la Casa Blanca al descartar
que vaya producirse un encuentro bilateral entre Obama y Putin.
A comienzos de agosto la Casa Blanca anunció la
cancelación de una reunión entre Obama y Putin prevista en Moscú y
previa al G20 en respuesta al asilo ruso a Snowden y a la "falta de
avances" en temas clave para la relación entre ambos países.
"Después de una cuidadosa revisión (...) hemos
llegado a la conclusión de que no hay suficiente progreso reciente en
nuestra agenda bilateral como para celebrar la cumbre Estados
Unidos-Rusia a comienzos de septiembre", argumentó entonces la Casa
Blanca.
En paralelo Obama expresó su decepción por el
asilo dado por Moscú a Snowden, reclamado en Estados Unidos por
espionaje, y acusó a los rusos de "caer en el pensamiento y la
mentalidad de la Guerra Fría", algo que para él es "el pasado".
Pese a todo, Obama cree que EE.UU. puede "seguir
trabajando productivamente con Rusia en una serie de cuestiones" y
"cooperar pragmáticamente", destacaron funcionarios gubernamentales en
una conferencia telefónica con periodistas al mencionar asuntos como las
conversaciones con Irán o con Corea del Norte.
"La cooperación con Rusia no se ha detenido",
enfatizó uno de los funcionarios, quien dijo que no debe existir la
percepción "de que la relación está en un punto muerto" porque hay
"conversaciones en curso" a niveles ministeriales y otros inferiores.
Será la séptima cumbre del G20 a la que asiste
Obama y "la primera desde noviembre de 2010 no dominada por las medidas
urgentes para resolver la crisis", destacó una alta funcionaria
estadounidense.
La funcionaria vaticinó que la cumbre servirá para
ver "un enfoque unido en torno a la importancia del crecimiento y la
creación de empleo como la prioridad absoluta para todos los líderes en
lo que respecta a la economía global".
Los temas que abordarán los líderes de los países
más desarrollados del mundo y de las potencias emergentes en varias
sesiones de trabajo el jueves y viernes incluirán el crecimiento
económico y medidas para combatir la evasión de impuestos, así como la
corrupción y el cambio climático.
"Aunque el crecimiento global está mejorando,
permanece débil. Los miembros del G20 necesitan robustecer la demanda
doméstica y crear empleos y ésa será nuestra principal prioridad en San
Petersburgo", anotaron los funcionarios estadounidenses.
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