El alcalde de Londres, Boris Johnson, sugiere que
las tropas británicas aún podrían intervenir en Siria en caso de existir
"nuevas y mejores evidencias" que inculpen al régimen de Bachar al Asad
en el empleo de armas químicas, en un artículo publicado hoy por "The
Daily Telegraph".
Johnson considera que no debe permitirse el uso de gas sarín para cometer asesinatos en masa sin un castigo.
"Si hay nuevas y mejores evidencias que inculpan a
Al Asad, no veo razón por la que el Gobierno (británico) no debería
presentar una nueva moción ante el Parlamento, invitando a la
participación británica (en el conflicto sirio)", indica el alcalde.
El pasado jueves, el Parlamento rechazó los planes
para intervenir militarmente en Siria del jefe del Ejecutivo, David
Cameron, al tumbar en una sesión de urgencia la posibilidad de lanzar un
ataque contra el régimen de Bachar al Asad.
En el citado artículo, Johnson también lanza una
crítica contra el líder del Partido Laborista -principal grupo
opositor-, Ed Miliband, quien, según él, "ha estado fingiendo que ha
frenado un ataque en Siria, cuando su postura real ha sido más ladina".
"Si sumamos a los 'tories' (conservadores) y los
'blairites' (laboristas afines a las políticas del ex primer ministro
laborista Tony Blair) hay una mayoría natural a favor de una respuesta
calibrada a un grotesco crimen de guerra", opina.
Este domingo destacados representantes de los
partidos Conservador y Laborista descartaron que la Cámara de los
Comunes celebre una segunda votación sobre la intervención británica en
Siria, después del rechazo del pasado jueves.
Así lo indicaron el ministro de Economía, el
conservador George Osborbe, y el titular de Exteriores, William Hague,
que dijo que "no es realista pensar que podemos volver cada semana al
Parlamento con la misma pregunta, una vez que ya nos han respondido con
un 'no'".
Por su parte, el secretario de Estado
estadounidense, John Kerry, afirmó este domingo que su país tiene
pruebas de que el régimen sirio usó gas sarín en el supuesto ataque con
armas químicas en la periferia de Damasco del pasado 21 de agosto.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, anunció
este sábado su decisión de atacar Siria en represalia al empleo de este
armamento por parte de Al Asad, algo que considera probado, pero aclaró
que buscará la autorización del Congreso, lo que aleja la perspectiva de
una acción inminente.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos,
desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, han muerto 110.371
personas frente a las más de 100.000 muertes estimadas por Naciones
Unidas. EFE
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