ESCRITO POR FERNANDO RODRĺGUEZ CÉSPEDES
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"Una
de las cosas más difíciles para un gobernante en países como la República
Dominicana, es la de vencer la resistencia de los miembros de las instituciones
castrenses, que tienden a encubrirse los unos a los otros y en todo momento dan
muestras de una impresionante solidaridad, cuando se trata de poner en claro la responsabilidad de algunos de ellos
en actividades delictuosas."
Esta
frase, tomada del libro "Memorias de un cortesano de la era de
Trujillo", del ex presidente Joaquín
Balaguer, explica, en parte, el rosario de impunidades que ha padecido el país desde la dictadura de Trujillo hasta crímenes, no
tan lejanos, como el del profesor universitario Narciso González.
Lo
triste del caso, es que pese a los avances institucionales que hemos
experimentado como sociedad, el manto de la impunidad sigue cubriendo a muchos
militares de los distintos cuerpos armados, quienes conforman una especie de "Cosa nostra" que
hace y deshace a sus antojos frente a superiores indiferentes, y a un cuestionable
Poder Judicial.
Solo a
la luz de esta realidad, se puede explicar que militares como el ex Capitán
Quirino Ernesto Paulino Castillo, el Coronel (asesinado) González y González,
el ex General Francisco Antonio Hiraldo Guerrero y, más reciente, el Teniente Coronel
Johan Liriano Sánchez, exhibieran grandes e injustificables fortunas sin ser cuestionados por sus superiores civiles ni
militares.
Por
este camino, la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, será una
quimera en nuestro país, y la sociedad continuará secuestrada y sumida en el
terror propiciado por quienes, desde posiciones de mando, actúan protegidos por
el contubernio y la impunidad de los grupos delincuenciales incrustados en el
poder.
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