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| Escrito por el Pastor Antonio Regalado |
El mensaje que se está enviando a la sociedad dominicana desde ciertas
instituciones que se supone son ejemplos y testimonios que edifican a la
nación, crea frustración en el seno de la misma e indica que debemos
entrar en un periodo de meditación para revisar la agenda de actuación
de cara al futuro.
No puede ser que la niñez sea un terreno para sembrar la semilla de la putrefacción y degeneración de comportamientos humanos bajo el amparo, hasta que se pruebe lo contrario, de un sistema social que predica una cosa y parte de la incumbencia ejecutoria corrompida por detrás hace otra.
Si verdaderamente queremos hacer algo por refundar los valores de bien que deben sustentar al país, ahora tenemos una oportunidad brillante para decirle a todos y al mundo que esta patria se respeta, y que aquí, sean nacionales o extranjeros, no pueden traernos como prácticas de bien común, sus malas costumbres pintadas de "falsas misericordias y compasiones hipócritas".
Que no quieran justificar jamás y buscar las inconductas en sectores de la prensa, esa aberración a la niñez no fue creación periodística, no, ocurrieron en las partes oscuras de conciencias envenenadas y enquistadas en filantropía de poca monta, que quisieron descargar sus diabólicos apetitos sexuales sobre esa inofensiva franja humana de la patria.
La ofensa ha sido grande y de impacto inmenso, el agravio cometido traspasa la frontera, alguien tiene que responder ante los hechos, si es verdad que aquí hacemos honor a la palabra RESPETO.
El Señor Jesucristo protegió a la niñez al decir, " Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Mateo 19: 14.
Abrazamos el mensaje de Jesús!!! Amén
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