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lunes, 12 de agosto de 2013

Héctor Acosta, el artista que nació bendecido por Dios



Un Momentito con Miguel 
Autor Miguel De Jesús
Locutor y Abogado Dominicano


Cuando voy desde la ciudad de Santiago a Santo Domingo capital dominicana, mi cabeza siempre  gira a la derecha al pasar por las entradas del municipio de Bonao.Ahi nació un niño cuyo sueño fue jugar Beisbol profesional.


Escondido de sus padres participó en un festival de la voz pero solo como cosa de muchacho, sin imaginar que una puerta se abría para la entrada de un Gigante. Hoy su canto enciende pasiones, motiva caricias, provoca besos y llena de dulzura el arte nacional

Paseando el universo lleva el Merengue y la Bachata haciendo que se sientan en los corazones extranjeros, a los que ha tatuado su calidad. Ha llorado y sufrido al ser humillado, pero con la misma fuerza que ha  caído, se levanta y así lograr poner alas a sus anhelos.

Su crecimiento espiritual lo llevó recientemente a levantar su voz y bajo el atardecer de Mao previo a un espectáculo popular pedir perdón a las personas que se han sentido  ofendidas por él,  aun siendo no intencional.

Su talento va dejando caer pétalos en los grandes escenarios. Sus éxitos no le han hecho renunciar al amor que lo ata a su lar nativo, se ha mantenido entre las costumbres, carencias, penas y alegrías de  Bonao, lugar de sus primeras vivencias y que defiende con vehemencia hasta su última gota de sangre si fuese necesario.

Con su arte tiene la capacidad de llevarnos a navegar por los mares de la paz, armonizar con las estrellas, tocar lo sublime de un sentimiento y la sutil aroma de un amanecer entre flores. Es que él, desde la sombra de un  Laurel pone a viajar su tonadilla con tanta intensidad que hasta la falda de la más encumbrada montaña se levanta para hacerle reverencia.

Del dolor ha hecho música, de la música un espejo que refleja nuestro diario vivir enmarcado en canciones que nos traen el susurro suave de un amor actual o la nostalgia del calor de un cuerpo que ya no nos abriga.

Su sensibilidad lo ha  puesto de frente con personas envueltas en situaciones difíciles las que sin pensarlo ayuda. Vive de cara a las realidades de su país y no vacila en cambiar su canto por un discurso que clame como sermón de adviento por la justicia y bienestar de la gente.

Sus huellas de artista y de caminante con dignidad están ahí, como estandartes que han de servir de ejemplos para las presentes y futuras generaciones, de un hombre que aun sintiendo que hasta el aire le negaban siguió su ruta y por su valentía para enfrentar las más duras pruebas hoy aseguramos que, “Héctor Acosta, es un artista bendecido por Dios.



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