"Nosotros no somos parte de la guerra civil en
Siria, pero si identificamos cualquier intento de dañarnos,
responderemos. Y responderemos con fuerza", dijo al concluir unas
consultas con su gabinete sobre la situación en Siria, según aparece
citado en un comunicado difundido por su oficina.
El pasado sábado, el ministro sirio de
Información, Omran al Zubi, advirtió a Estados Unidos de que atacar a su
país no sería "un picnic para nadie bajo ninguna circunstancia, porque
una agresión tendría graves repercusiones y sería una bola de fuego que
haría arder todo Oriente Medio".
La impresión en la cúpula militar israelí es que
el presidente sirio, Bachar Al Asad, no atacaría al país como represalia
por un bombardeo estadounidense, como lo hizo el entonces presidente
iraquí Sadam Hussein durante la primera Guerra del Golfo, según han
señalado estos días fuentes militares a los medios locales.
Pese a este análisis, Washington avisará a Israel
en caso de inminente ataque para que se prepare ante una eventual
represalia de Damasco, según las mismas fuentes.
Los jefes militares de diez países evalúan desde
ayer en Jordania y bajo un estricto secreto las opciones disponibles
ante el conflicto en Siria, días después del posible uso de armas
químicas, que Damasco niega.
Ayer, el secretario de Estado de Estados Unidos,
John Kerry, dijo que el ataque del régimen sirio con armas químicas es
"real" y un crimen "muy serio" para el que su país prepara una
respuesta.
Altos funcionarios de la Casa Blanca indicaron hoy
a la cadena NBC que los primeros ataques con misiles en Siria podrían
comenzar "tan pronto como el jueves".
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