El Gobierno de Bangladesh abogó hoy entre
protestas de trabajadores del textil por mejorar la seguridad laboral
una semana después del trágico derrumbe de un edificio con fábricas que
producían ropa para compañías internacionales y en el que según el
último recuento murieron 405 personas.
De acuerdo con el diario local
The Daily Star, los servicios de rescate han recuperado en las últimas
horas 17 cadáveres entre los escombros en la localidad de Savar, cerca
de Dacca, donde el pasado día 24 de abril tuvo lugar el siniestro.
Otras 149 personas continúan en paradero
desconocido, según explicó al mismo medio el general del Ejército
bangladeshí Chowdhry Hasan Suharwardy, aunque las autoridades no han
encontrado supervivientes en los dos últimos días.
El número de trabajadores que consiguieron salvar
su vida sigue siendo por tanto 2.437 y los equipos de rescate, de
acuerdo con fuentes militares, podrían tardar todavía "entre 12 o 15 días en retirar los escombros".
El desastre ha vuelto a poner de manifiesto las
malas condiciones laborales y de seguridad que sufren los trabajadores
de fábricas textiles en el país asiático, que abastecen a
multinacionales occidentales.
Con motivo de la conmemoración hoy del Día
Internacional de los Trabajadores, varios miles de trabajadores del
sector se manifestaron en Dacca y otros puntos de Bangladesh desde
primera hora de la mañana para exigir que se castigue a los responsables
de la tragedia, informó el portal virtual Bdnews24.
Asimismo, la primera ministra bangladeshí, Sheikh Hasina, hizo un llamamiento a mejorar las condiciones de sus conciudadanos.
"Tenemos que aplicar programas para mejorar las
relaciones entre los trabajadores y los propietarios.
Debemos crear un
entorno laboral más seguro", dijo Hasina, citada por la prensa local.
La Policía arrestó el domingo al dueño del
edificio -que está conectado con la gobernante Liga Awami de Hasina- y
antes había detenido a tres propietarios de los talleres, así como a dos
ingenieros municipales.
El empresario español David Mayor, director
general de Phantom-Tac, una de las fábricas textiles que se alojaban en
el edificio, es buscado por las fuerzas del orden bangladeshíes y se
encuentra en paradero desconocido.
La Unión Europea anunció ayer que está
considerando la toma de "acciones apropiadas" para promover una mayor
"responsabilidad" en torno a los productos comercializados que se
fabrican en países en desarrollo.
Por el momento, las compañías internacionales
Primark, El Corte Inglés, Bon Marche y Joe Fresh han confirmado producir
en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro.
Algunas de ellas como El Corte Inglés han aprobado ayudas para las víctimas a través de ONG bangladeshíes.
La también española Mango mantenía conversaciones
con una de las fábricas del edificio y había realizado un pedido de
prueba por lo que aparecieron etiquetas suyas en el lugar del siniestro.
Esta empresa asegura, no obstante, que no mantenía ninguna relación contractual con los talleres afectados.
Unos 3,4 millones de personas están empleadas en la industria textil en Bangladesh, donde hay unas 4.200 fábricas de este ramo.
De acuerdo con la Campaña Ropa Limpia, el país
asiático tiene los costes más baratos del planeta en confección de ropa y
por eso empresas de todo el mundo, incluido China, están trasladando
allí parte de su producción.
El derrumbe de Savar se suma a otras dos graves
tragedias -incendios mortales- en inmuebles que albergaban fábricas
textiles ocurridas en los últimos cinco meses en Bangladesh y en las que
también se producía ropa para compañías extranjeras. EFE
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